La primera temporada de Kyle Kuzma con Los Ángeles Lakers en la NBA supuso una gran sorpresa para todos. Y es que nadie podía llegar a esperar el extraordinario rendimiento que ofreció el jugador seleccionado en la posición nº 27 del draft del 2017. En la franquicia angelina, todas las miradas estaban puestas en la elección del mediático base Lonzo Ball, nº 2 del draft, del que todo el mundo hablaba. Pero Kuzma no tardó mucho en lograr que se empezara a hablar de él.
En su año de rookie, Kyle Kuzma promedió 16,1 puntos, 6,3 rebotes y 2,1 asistencias por encuentro, con un 45% en tiros de campo y 36,6% en triples. Unos números espectaculares que le llevaron a ser elegido el 4º mejor rookie del año y le sitúan como uno de los grandes robos del draft de 2017.
El jugador nacido en Michigan destacó en su primer año por su desparpajo, su habilidad en el uno contra uno y su capacidad para anotar triples, incluso desde posiciones muy forzadas. Y lo mejor para los aficionados de los Lakers es que no se vislumbra su techo. Kuzma aún tiene muchas cosas por mejorar, como la defensa y el físico, para convertirse en un jugador más completo y determinante.
The BEST from @kylekuzma in his rookie season for @lakers!#TeamDay | #BESTofNBA pic.twitter.com/dKY88E5LUR
— NBA (@NBA) 29 de agosto de 2018
Además, la llegada de Lebron James a Los Ángeles Lakers supondrá una ayuda tremenda para los jóvenes del equipo, entre ellos Kuzma. La presencia de una superestrella de tales dimensiones en el vestuario será una fuente de aprendizaje constante para los jóvenes talentos, tanto dentro como fuera de la pista, por los que debemos esperar una versión aún mejor de Kyle Kuzma en la temporada 2018-19.
El único punto negativo que supone el fichaje de Lebron es que seguramente Kuzma deba arrancar los partidos desde el banquillo, al menos a principio de temporada.