España y Australia, en busca de la gloria en Pekín

El combinado oceánico es el último obstáculo que debe pasar la Selección Española para meterse en la gran final del Mundial de baloncesto de China

Juan López | 12 Sep 2019 | 18:06
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Patty Mills, jugador australiano.
Patty Mills, jugador australiano.

España y Australia se juegan mañana a partir de las 10:00 horas en el Wukesong Arena de Pekín un puesto en la gran final del Mundial de Baloncesto de China.

Se trata de un duelo en el que, por historia reciente, España es favorita (como piensan también los apostantes de, por ejemplo, la casa de apuestas William Hill, donde una victoria de España se paga 1.5 euros por euro apostado y una de Australia 2.4). Sin embargo, muchos expertos piensan que los 'Boomers' son el principal favorito de los cuatro que quedan con vida en el campeonato para conseguir la medalla de Oro.

Sin lugar a dudas, se trata de un equipo muy peligroso. A nivel físico son tremendos y a nivel ofensivo tienen un juego muy equilibrado en el que combinan a la perfección podería exterior e interior.

Por encima de todos los jugadores, hay que destacar al base de San Antonio Spurs Patty Mills. Sin lugar a dudas, es el faro del equipo, tanto a nivel defensivo (el mejor en esta faceta), como ofensivo (está promediando 22 puntos por partido y un 40% de acierto en triples).

Australia suele jugar muchos minutos con dos bases. El otro es Matthew Dellavedova, de sobra conocido por jugar finales con los Cavs de LeBron en la NBA, y que está muy acertado en el triple en este Mundial e imprime una gran presión defensiva (a veces demasiado dura, lo que puede llevarle a hacer demasiadas faltas).

El otro faro del equipo, tras Mills, es Joe Ingles. El de los Jazz puede jugar prácticamente en cualquier posición de la pista y hacer de todo. No está especialmente acertado en el lanzamiento en este Mundial, pero está asistiendo mucho y bien y aportando en todas las facetas del juego.

Otros jugadores exteriores interesantes son Chris Goulding (en ataque) y Mitch Creek (en defensa).

Finalizamos este análisis hablando de su juego interior, muy potente. Por un lado, un Andrew Bogut que, a falta de físico, pone talento e inteligencia bajo los tableros y en la bombilla. Por otro, un Aron Baynes que ha evolucionado de pívot fuerte tipo roca a ser un jugador capaz de enchufarlas de tres puntos.

Hay que decir que Australia, salvo algunas lagunas de dos o tres minutos que suele tener en los partidos cuando va con ventaja, es un equipo que juega de una manera muy sólida y equilibrada y que es muy difícil de vencer.

Semifinal espectacular la que tenemos por delante entre los 'Boomers' y España.