
Los Ángeles Lakers estaban diseñados para que su juego fuera divertido para el espectador. Con Mike Brown no era así y la grada se sentía propietaria de un Ferrari al que sólo podían poner a 50 kilómetros por hora. Estaba claro que con la llegada de Mike D’Antoni la situación iba a cambiar y el juego iba a estar más destinado al Showtime que al baloncesto extremadamente táctico que encorseta a los jugadores con talento.
Durante esta semana de trabajo la consigna ha sido muy clara, el baloncesto de los Lakers ha de ser de run and shot (correr y anotar). El equipo está más que sobradamente preparado para asumir este sencillo estilo de juego. Cualquiera de los 4 Fantásticos, Pau Gasol, Kobe Bryant, Dwight Howard o Steve Nash, incluso Antwan Jamison y Metta World Peace pueden asumir un gran tráfico de lanzamientos a canasta con una alta efectividad en el tiro. Son jugadores que en sus anteriores equipos han estado acostumbrados a disparar al mínimo suspiro, por lo que correr y estar bien rodeado les facilita las cosas.
Ahora bien, este sistema tiene dos puntos débiles. En primer lugar, las inevitables pérdidas de balón. Cuando Steve Nash se recupere también se perderán balones. Los Lakers son uno de los equipos con más clase de la NBA pero jugar a 200 revoluciones por minuto implica que se pierdan muchos balones. En el debut de D’Antoni contra los Suns fueron 12, pero contra otros equipos con un sistema defensivo mucho más intenso, esa cifra se multiplicará exponencialmente.
Por otro lado, jugar a toda velocidad, subiendo siempre a la contra, provoca que la defensa se resienta y que el equipo encaje muchísimos puntos. Es la tarifa que se tiene que pagar por el Showtime. En un partido de acierto laker, los angelinos podrán sacar grandes diferencias en el electrónico. Pero el hecho de jugar a marcadores tan altos y con defensas tan laxas puede provocar que el equipo rival se pueda meter muy fácilmente en el partido. La grada verá puntos, carreras, finalizaciones eléctricas, pero también muchas pérdidas y jugadas de patio de colegio.
Por lo tanto este primer partido de Los Ángeles Lakers de Mike D’Antoni, victoria corrosiva ante los Phoenix Suns por 102 a 114, viene a ser un ejemplo de lo que verán los aficionados angelinos. Muchos partidos con marcadores por encima de los 200 puntos y un baloncesto espectacular si sus estrellas están entonadas. Anoche sólo faltaba Steve Nash para completar el grupo. Con el canadiense en la pista, algo que será realidad en una semana, el equipo aún jugará un baloncesto más atractivo y a su vez menos encorsetado.
Este es uno de los principios de Mike D’Antoni como entrenador de Los Ángeles Lakers y una de las razones por las que se le contrató, juguemos fácil, hagamos disfrutar a las estrellas y los aficionados. Se resume en una frase de vestuario que el entrenador lanzó a sus jugadores y que Kobe Bryant ha desvelado a los medios:
“Salgamos ahí fuera a patear unos culos”
Con todo este arsenal que incorporan los angelinos y con alguien en la dirección que sabe sacarle partido, está bien claro que cada noche saldrán a patear culos para disfrute de sus aficionados. Velocidad y desenfreno.