
Hoy continuamos con los enfrentamientos de Drazen Petrovic y el Real Madrid. En la anterior entrega repasábamos la Copa de Europa de 1985, en este nuevo capítulo daremos buena cuenta de la misma competicón en 1986, que les volvió a enfrentar en dos ocasiones.
Si no fuera suficiente con tres partidos de la temporada pasada, de nuevo se volvieron a ver las caras en la fase de grupos de la Copa de Europa de 1986. A pesar de la baja de su hermano y de la victoria del Real Madrid en el torneo de Navidad a la selección yugoslava, comandada por el croata, Petrovic seguía siendo Petrovic, en Europa y para el Real Madrid
En el primer partido, jugado en Madrid, Petrovic comenzó con dificultades en cuanto a la anotación, ya que Linton Townes se afanaba en su defensa. Pero las personales fueron llegando, con lo que Del Corral tuvo que defender al croata. Lo que propició la 'borrachera' de puntos por parte de Drazen. Así como el comienzo del festival de gestos y 'humillaciones' al contrario. Para poner punto y final a su exhibición, Petrovic fuerza la quinta personal a falta de tres segundos, yéndose al banquillo con los brazos en alto en señal de victoria. Lo que irrita aun más al público asistente. Sus 49 puntos dicen todo respecto a la actuación de Petrovic.
Al finalizar el partido, Petrovic analizo así su actuación:
"Realice un buen encuentro, pero he jugado partidos mejores, aunque esos 49 puntos hagan pensar a los aficionados en una actuación especial"
Tampoco quiso dejar escapar la ocasión para demostrar que jugar en Madrid y frente al Real Madrid le excitaba especialmente:
"Sé que los jugadores del Madrid y su afición no me quieren demasiado, pero también creo que los espectadores me silban porque me temen, esperando que con su ruido me desconcentre y rinda menos de lo normal. Esos silbidos son un reconocimiento de los espectadores a mi calidad y esas situaciones, antes las que ya vengo prevenido, me motivan al máximo. Cuanto más dificultades hay, mejor juego, porque me concentro mucho mas"
Lolo Sainz quería quitar protagonismo a Drazen Petrovic, pero viendo el rendimiento del croata conseguía todo lo contrario:
"No hay que obsesionarse con Petrovic. Hagamos lo que hagamos nos meterá treinta puntos. Lo importante es conseguir que sus compañeros no consigan tantos puntos".
La vuelta no fue mejor para el Real Madrid y el 5-0 se consumó. El partido lo podemos definir con la primera acción del partido. Falta en ataque de Iturriaga frente a Petrovic, con lo que el público entró rápido en el encuentro. Este hecho no desconcentró al Real Madrid, que se fue por delante en el marcador al descanso, a pesar de los 25 puntos de Drazen. La segunda parte, el 10 del Cibona, siguió martilleando el aro rival. Solo Robinson supuso algo de oposición al festival croata. El resultado, el de siempre. Victoria del Cibona, con un Petrovic que acabo con 41 puntos (6/13 en tiros de tres) y con la quinta victoria frente al Real Madrid en el bolsillo.
Con esta derrota, el Real Madrid se veía obligado a ganar al Zalgiris por más de 18 puntos, si quiera jugar la final de la Copa de Europa. Pero no fue posible, Arvydas Sabonis estaba demostrando que era junto a Drazen Petrovic, los mejores jugadores de Europa y señalados para marcar una época.