
Desde Blog de Basket queremos analizar el rendimiento que están ofreciendo los nuevos rookies en su primera temporada en la NBA. Cómo se han adaptado al duro y competitivo juego de la mejor competición baloncestística del mundo, qué rol ocupan en sus nuevos equipos y sobre todo, cuál es la proyección de cada uno de las mejores promesas de Estados Unidos. En esta primera entrega de Rookie Review, analizaremos a los picks #10 y #9. Dichas selecciones corresponden a Andre Drummond y Austin Rivers respectivamente; dos de los jugadores más curiosos del Draft 2012.
#10. AUSTIN RIVERS
Comencemos el análisis sobre el rendimiento y la adaptación a la NBA de los rookies de la actual temporada con el número 10 del Draft del 2012. Éste no es otro que Austin Rivers. Procedente de la universidad de Duke e hijo del legendario entrenador de los Boston Celtics, Doc Rivers. El hijo de Doc aparece en escena con el cartel de ser uno de los jugadores más prometedores del país. Juega de base, pero también puede actuar de escolta.
La mayor virtud de Austin reside en su capacidad anotadora comparada con la del mismísimo Reggie Miller. Salvando la distancias, la comparación más humana y comprensible es con OJ Mayo, con el que guarda grandes similitudes. Es un killer en estado puro, capaz de generar oportunidades de tiro; tiene entre ceja y ceja las medidas, la distancia de la canasta y su misión es anotar y solamente anotar.
Fuera de las canchas demuestra esa ferocidad que asusta a sus rivales dentro del parquet. El pequeño Rivers es una persona extrovertida, con objetivos instintivamente claros y que no es capaz de callarse las cosas que se le pasan por la cabeza. En una entrevista previa al Draft, el jugador de los New Orleans Hornets comentó que no se conforma con cumplir ante LeBron James, sino que su intención es destrozarle.
Sus principales fuertes son su extrema capacidad anotadora, incluyendo el lanzamiento desde la línea de tres y su eficacia y desparpajo en el 'clutch-time'. Su condición de 'Combo-guard' le permite ser un jugador desestabilizador, pero su egoísmo y su estatura pueden jugarle malas pasadas. En Duke estuvo a las órdenes de Mike Krzyzewski, mítico entrenador de la selección de Estados Unidos, del que parece que aprendió a controlar un poco más su selección de tiro.
Pero la realidad escapa de todo lo anteriormente comentado, ya que el inicio de Rivers en la NBA no está siendo del todo brillante. Una inoportuna lesión de tobillo le tuvo apartado del equipo una semana. Sigue siendo el suplente de Greivis Vasquez y su porcentaje de tiro de campo es un irrisorio (32,2%). Promedia 7,4 puntos, 3,4 asistencias y 2,3 rebotes. Pobre marca para el heredero del apellido Rivers, quien no está cumpliendo a la perfección con el rol de sexto hombre.
Se podría decir que Rivers está siendo una de las decepciones del Top 10 del Draft 2012. Le queda tiempo, tiene minutos y sobre todo, posee la fuerza mental de su padre. Viene de hacer su mejor partido hace tres días en la victoria de los Hornets ante Los Ángeles Clippers, en la que consiguió anotar 14 puntos y repartir 6 asistencias en tan sólo 27 minutos sobre el parquet.
#9. ANDRE DRUMMOND
El siguiente jugador que pasamos a valorar en Blog de Basket es el prometedor center Andre Drummond. El jugador seleccionado por los Detroit Pistons en el pick número nueve es uno de los pívots más prometedores del panorama baloncestístico en Estados Unidos. Comparado con Amare Stoudemire, DeAndre Jordan y Andrew Bynum, Drummond se postula como un futuro dominador de las pinturas de la NBA.
En antiguas predicciones al Draft, Drummond era colocado como el favorito y número 1 del mismo, pero el desaprovechamiento continuo de su potencial le relegó a la novena posición. Jugador de carácter difícil, llegó a la universidad de Connecticut acompañado de una gran expectación, a la que no supo responder debido a su poca implicación. La temporada en Connectitut no fue como todo el mundo esperaba y esto le redujo la previsión en la elección de futuras estrellas de la NBA.
Su falta de madurez desencadenante de una mentalidad realmente frágil hace del paso del jugador por la NBA una auténtica incógnita. Sus increíbles aptitudes para el baloncesto pueden estar en peligro por la inestable actitud que muestra en su día a día. Especialista en desaparecer en los momentos más decisivos e importantes del partido. Su ídolo es Dwight Howard, en él mismo depende parecerse a Superman o en cambio ser un Bynum 2.0 en el terreno extradeportivo.
Además su lanzamiento desde el tiro libre es escandalosamente ineficaz; su juego de pies, carne de 'Master Class' de Hakeem Olajuwon el próximo verano. Pero no todo es malo en Drummond. Sus estratosféricas condiciones físicas definidas en 2,10 metros de altura y 120 kilos, le otorgan una gran capacidad de salto. Su preponderancia ante matar cualquier jugada es estrambóticamente demoledora. Y aunque parezca mentira, también puede asistir.
En cambio, su adaptación a la NBA no está siendo la deseada por el propio jugador y la parroquia de la ciudad de Motown. Su rol ha pasado de sexto hombre a suplente y su número de minutos jugados está descendiendo colocándose en un porcentaje de 16,4 minutos jugados por partido. El buen momento de Greg Monroe no le está yendo nada bien.
En cuanto a sus porcentajes, estos son 6,2 puntos, 5,7 rebotes y 1,2 tapones por partido. Los aficionados de los Pistons difícilmente estén satisfechos con el rendimiento de Drummond, aunque aún le guardan el derecho a mejorar en los próximos meses y años. Monroe crece y Drummond se estanca. Esta dinámica debe de cambiar sí el prometedor center procedente de Connecticut quiere dedicarse a esto del baloncesto en la NBA.