
Los lamentables incidentes en el tercer partido de la final de la liga griega que enfrentaba a Olympiacos y a Panathinaikos en el Pabellón de la Paz y la Amistad, curioso nombre para un pabellón que ha vivido las historias más tristes del baloncesto europeo, como bien pudo ser lo acontecido anoche. El partido ya venía caliente por muchos motivos, el PAO venía con una ventaja de 2-0 en las series, que le hacía ser el gran favorito para adjudicarse la final, pero lo más triste era ver como lo más grave venía sucediendo a nivel extra deportivo, con Dimitris Giannakopoulos sancionado tres meses sin poder entrar a un recinto deportivo y una multa de 22.000 € que dejaba en nada, su entrada al vestuario arbitral en el descanso del segundo partido donde amenazaba al trío arbitral con un "no vais a salir de aquí" que quedó reflejado en el acta del encuentro.
De esta guisa se presentaba un tercer partido de las finales de la liga en Grecia, al que se llegaba con 2-0 de ventaja, para el equipo que preside el lamentable protagonista de toda esta historia y el que empezó a calentar la final ya antes de que empezara a disputarse. Olympiacos llegaba como gran favorito tras la conquista de su tercera corona de la Euroliga y haber quedado primero en la temporada regular, con tan sólo una derrota en la fase regular.
Pero el ambiente que se ha vivido en estas finales, ha sobrepasado cualquier límite imaginable y el triste final de ayer debería suponer un antes y un después en la competición del país heleno. Tras imponerse de forma sorprendente en los dos primeros partidos, el PAO se desplazaba, como hemos dicho, hasta el pabellón de la paz y la amistad con la posibildad de certificar el título de liga, que estaba en posesión de Olympiacos, tras ganarlo la temporada pasada. La serie, ya venía caliente, tras los sucedido en el segundo partido disputado en el OAKA, donde la actitud del dueño del PAO entrando al vestuario, y amenazando a los árbitros cambió por completo la serie.
Además de todo este caldo de cultivo, la huelga en la televisión pública giega, provocó que la retransmisión del partido para toda Grecia corriera a cargo de una cadena privada griega, propiedad para más inri, del dueño del PAO, Giannakopoulos, lo cual provocó ya antes de que diera comienzo el encuentro que aficionados de Olympiacos la emprendieran a golpes con varias cámaras ubicadas en el pabellón, hasta que la policía consiguió calmar a la grada.
Los incidentes siguieron cuando el PAO saltaba a la cancha y empezó el lanzamiento de bengalas a la cancha de juego, y todo acabó cuando a falta de 1:27 para finalizar el encuentro, una invasión de pista, obligó a los árbitros a suspender el encuentro. Los colegiados solicitaron que el pabellón fuera desalojado para proceder a disputar el 1:27 que quedaba pendiente por jugar, pero la negativa de los aficionados a abandonar el recinto, provocó que finalmente en una decisión inédita por decidir un título de liga, los colegiados dieran por finalizado el encuentro con el marcador que en ese momento reflejaba un 72-76 favorable al PAO, que acabó por darle su tercera victoria y en consecuencia un triste título liguero que sin duda debería ser recordado, para que no pueda volver a repetirse.