Brooklyn Nets se presentaba en esta temporada como uno de los proyectos con los elementos necesarios para dar un salto importante e intentar luchar por el anillo de la NBA. La franquicia neoyorquina apostó fuerte el pasado verano y se llevó a Brooklyn a dos veteranos curtidos en mil batallas como Paul Pierce y Kevin Garnett, amén de reforzar otras posiciones con alguna incorporación de lujo, como la llegada de Andrei Kirilenko. Brooklyn no ha escatimado en gastos y ha pasado a tener el dudoso honor de tener el "payroll" más alto de toda la NBA. Con todo este elenco de estrellas, hacía falta un "head coach" capaz de gestionar tanto "ego", pero la elección de Brooklyn Nets fue toda una sorpresa. Mikhail Prokhorov y Billy King apostaron por un hombre que fue leyenda en los Nets como Jason Kidd, quien acababa de retirarse de como jugador profesional. La apuesta sorprendió a propios y extraños, y las voces más críticas hablaban de que la falta de experiencia de Kidd en los banquillos iba a convertirse en un riesgo demasiado alto con un "roster" como el de los Nets. Por el momento, no funcionan, y la crítica empieza a hacer responsable a Jason Kidd. Un Kidd que cuenta con el apoyo de algunos de sus hombres clave en el vesturario, pero que si no es capaz de darle un giro a la situación, va a estar complicado que pueda durar mucho más en el cargo.
No corren tiempos felices para Jason Kidd en Brooklyn. (Foto: lainfornacion.com)
Jason Kidd aceptó un reto que puede acabar marcando su trayectoria como entrenador en la NBA. Prácticamente el mismo día que anunciaba su retirada de las pistas tras caer en las semifinales de conferencia frente a Indiana Pacers con los Knicks, sus vecinos de Brooklyn anunciaban que era el escogido para dirigir el ambicioso proyecto del magnate ruso Mikhail Prokhorov para tratar de cumplir su sueño de luchar por el anillo.
La decisión de Kidd, no dejó de ser controvertida. A favor contaba con el hecho de su reciente retirada, lo cual le otorgaba cierta cercanía con los jugadores. Además, los logros obtenidos a lo largo de toda su carrera le daban una importante ascendencia sobre los mismos. En contra, evidentemente, su falta de experiencia, la que como está está quedando patente en este inicio de temporada, le está jugando una mala pasada.
Según explica Adrian Wojnarowski para Yahoo! Sports, el pasado mes de agosto, Los Angeles Clippers organizaban diversas actividades en unas jornadas dirigidas a entrenadores y ejecutivos de alto nivel. A esas jornadas asistió un Jason Kidd que por aquel entonces acababa de ser nombrado como "head coach" de los Nets. Según cuenta Woj, uno de los ponentes no era otro que el entrenador de los Clippers Doc' Rivers, quien al pasar por delante de Kidd antes de comenzar su charla le dijo, "Hey J-Kidd, esta charla va para usted".
Aquellas jornadas calaron hondo en Jason Kidd, y muchos de los comentarios y reflexiones que escuchó en Los Angeles durante aquellos intensos días se repiten ahora de manera sistemática en su cabeza... uno de los mejores consejos que pudo sacar de allí parece que es uno de los que más le está costando llevar a cabo.
Jason Kidd sabe de la importancia que para el desempeño de su puesto tiene haberse rodeado de grandes profesionales, como es Lawrence Frank. Lo que parece que le está costando más, es ponerse en manos de su cuerpo de asistentes para sacar esto adelante. Los Nets y sus fans empiezan a necesitar buenos resultados, y ahora a nadie le importa de donde provengan las soluciones. Su equipo de asistentes tiene la experiencia necesaria para manejar este tipo de situaciones, pero para ello Kidd debería hacer algo que le está costando, quizás más de lo necesario: escucharlos.
El otro gran apoyo que tiene Kidd es el de los veteranos, Kevin Garnett y Paul Pierce. La temporada de Garnett está siendo un tanto decepcionante, si bien, la limitación de minutos con la que ha empezado tampoco le permiten aportar mucho más de lo que está haciendo. Analizando la realidad del equipo, tampoco se puede decir que esté teniendo demasiada suerte con las lesiones. El tobillo de Deron Williams, la lesión de Brook Lopez y las restricciones a las que se está viendo sometido Kevin Garnett, no están permitiendo ver todo el potencial de los Nets en este arranque.
Ahora la realidad del equipo exige soluciones. Con un balance de 3-8 en este comienzo de temporada, el margen de maniobra empieza a ser escaso. Los focos empiezan a apuntar a un Jason Kidd al que se le está acusando de no estar aportando soluciones tácticas a un equipo que, siendo el más caro de la liga, tiene como objetivo, a día de hoy, luchar por no ser el último clasificado en la Conferencia Este. Veremos si Kidd es capaz de levantar esta situación, o si por el contrario, su paso por los Nets acaba siendo una muy mala experiencia en sus inicios como entrenador. El Barclays Center exige soluciones, veremos si la pizarra de Kidd es capaz de aportarlas.