Steve Nash, Steve Blake y Jordan Farmar, los tres bases del roster angelino, han caido lesionados en apenas un mes. Ante este revés, Kobe Bryant, la gran estrella de los Lakers, será el encargado de dirigir a los de Mike D'Antoni sobre la pista, algo que ya solía hacer, aunque desde la posición de escolta, antes de la lesión. Los Lakers juegan cuatro partidos en cinco días, ante bases de la talla de Rusell Westbrook, Kemba Walker, Jeff Teague o Mike Conley, que sin duda pondrán a prueba el afan de superación de The Black Mamba.
El escolta de los Lakers volvió el pasado domingo tras estar 8 meses de baja por una rotura del tendón de aquiles, jugando los dos encuentros disputados por su equipo desde entonces. En su primer partido contra los Raptors, que acabó con derrota de los Lakers por 106-94, Bryant, hizo 9 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias, con un 2 de 9 en tiros de campo, dejando claro que su larga ausencia le había afectado, algo lógico por otra parte. En el segundo partido contra los Suns, Bryant mejoró sus prestaciones con 20 puntos, que fueron insuficientes para que los Lakers se llevaran la victoria, al caer derrotados por 114-108.
Bryant, que se especuló con que ocuparía la posición de alero debido a que no ha vuelto de la lesión en su plenitud física, perdiendo explosividad en su juego, ejercerá de manera obligada de base. Jordan Farmar, que empezó la temporada como tercer base, volverá de su lesión dentro de dos semanas. Steve Blake estará unas seis semanas fuera de las pistas. Por último, la vuelta de Steve Nash es toda una incógnita, ya que a sus casi 40 años su estado físico es muy delicado para rendir a nivel dentro de la élite de la mejor liga de baloncesto del mundo, llegando incluso a especularse con su posible retirada.