Bienvenido a la élite, Steph

El joven base de los Warriors ha entrado por primera vez, y a lo grande, en el selecto grupo de los jugadores All Star

Guille Álvarez | 26 Ene 2014 | 16:08
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BlogdeBasket, baloncesto en estado puro
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Stephen Curry recibió una magnífica noticia el pasado 23 de enero, por primera vez participará en un All Star Game y lo hará como titular. El base de los Warriors, tras brillar desde su estreno en la liga y a la par sufrir muchos problemas en sus delicados tobillos, ha conseguido consolidar su juego y ser el líder de un equipo que levanta pasiones con su juego vistoso. Ahora, con 25 años, le ha llegado el momento de irrumpir en la élite del baloncesto por la puerta grande.

Steph Curry es un chaval con rostro simpático y físico endeble. Prueba de ello ha sido el largo camino que ha tenido que seguir para convertirse en lo que es a día de hoy, uno de los mejores bases de la mejor liga de baloncesto del mundo. En su quinto año está consiguiendo sus mejores números y además parece haber dejado atrás los serios problemas físicos que jamás le permitieron mostrar su potencial entero.

Los aficionados de la NBA le eligieron masivamente, y de forma directa, para que fuera el base titular del Oeste en el próximo All Star de la NBA, que se celebrará en Nueva Orleans entre el 14 y el 16 de febrero. Más de un millón de votos (1.047.281) para convertirle en el cuarto jugador más reconocido en la votación popular, tan solo por detrás de Paul George, Kevin Durant y LeBron James.

El pueblo, al menos esta vez, ha demostrado su sabiduría. Steph se merece el reconocimiento a todas luces. Está promediando 23.8 puntos, 4.5 rebotes y 9.3 asistencias por encuentro, cifras a las que tan solo se acerca Chris Paul (inactivo hasta el All Star por una lesión). Por eso, ha sido elegido para dirigir la orquesta del lado pacífico de la liga junto a los mejores.

Pero hay más. Se trata de observar su juego, de admirar su desbordante talento anotador, de entender su historia familiar y personal, el sacrifico para llegar a la elite. De 170.000 votos en 2013, pasó al millón de este año. Una “experiencia surrealista”, reconoció el jugador. ¿Por qué?

“Los playoffs fueron tremendos y la franquicia tiene una de las mejores aficiones”, reflexionaba Curry tras su elección. “Cuando tienen un producto ganador, funciona”. Pues sí, Steph es una máquina de anotar que está demostrando mucho más. Sin duda, es uno de los mejores bases de la liga y uno de los más flexibles. En las victorias de Golden State, su anotación baja pero sube su distribución (20 puntos y 10 asistencias de promedio), prueba de que sabe lo que es más importante en cada momento para el equipo.

También seleccionado como candidato a participar en el Mundial de España y en los Juegos Olímpicos de Rio, el jugador vive su mejor etapa. Mike Krzyzewski, el seleccionador estadounidense, explicó que su error al subestimar el potencial del jugador tras su paso por el instituto: “Si hubiera sido inteligente hubiera trabajado con Stephen desde hace mucho tiempo”.

Kevin Durant, en plena racha anotadora, expresó que según él “Curry es el mejor anotador de la historia”. No es un mal elogio, y no lo dijo en broma. El año pasado Steph rompió el récord de triples anotados en una sola temporada y se fue hasta los 54 puntos en el Madison Square Garden. Sin duda, sabe jugar, sabe anotar y este año está rompiendo la banca con su capacidad de distribución hacia sus compañeros de equipo.

Abandonada (por fortuna) su etapa de chico de cristal, Steph Curry se asienta en la élite de forma merecida, escribiendo en letras de oro el nombre de una saga baloncestística que se remonta a su padre y que él continua junto a sus hermanos. Su padre se emocionó junto a su hijo al conocer el enorme apoyo de la afición. “Pude escuchar el temblor en su voz. Puede reflejar lo orgulloso que estaba”, explico Curry.

Es simpático y tiene un rostro afable, pero cuando recibe el balón, se convierte en una pesadilla para los rivales. Si se levanta, apunta y lo siguiente que se escucha es el suave silbido de la red. Si mira hacía los lados, apunta igual y encuentra al compañero mejor situado para continuar la jugada y seguir sumando puntos para su equipo.

Steph es un joven genio, un jugador que ya está en la élite.