Donald Sterling se aferra a los Clippers de cualquier manera. El todavía propietario de la franquicia angelina se niega a firmar el acuerdo para la venta del equipo a Steve Ballmer porque espera que la NBA le quite la sanción de 2,5 millones de dólares y la prohibición de pisar un pabellón de la NBA o dirigir un equipo desde las oficinas. Según Los Angeles Times, Sterling quiere alargar la venta el mayor tiempo posible para intentar mantenerse en la franquicia y que la liga se apiade de él y le levanten la sanción.
Por lo que cuenta esta información, el contrato de venta por dos billones de dólares todavía no se habría firmado y Steve Ballmer, el que fuera CEO de Microsoft, está a la espera para hacerse con la propiedad del conjunto angelino de manera oficial. Mientras tanto, Sterling confía en que la NBA sera benévola con él porque recientemente "habría visto un borrador que le absolvía de las sanciones pertinentes", pese a que la NBA lo ha desmentido.
El contrato de venta se pudo haber firmado el pasado jueves. De hecho, uno de los abogados de la familia Sterling dijo que la venta de la franquicia se firmaba a final de temporada por medio de un comunicado oficial. Anteriormente, Donald Sterling había retirado su denuncia de un billón de dólares a la NBA. Ahora, Ballmer y los Clippers solo deben esperar a que los Sterling impriman su firma sobre el papel del contrato para la venta de la franquicia, pero hasta el momento no se ha concretado oficialmente el acuerdo por falta de la rúbrica.
En el hipotético caso de que Donald Sterling siguiera, podría haber una rebelión de los jugadores y podrían negarse a jugar en la franquicia angelina, ya que alguno de ellos ya habría afirmado que se negaría a jugar en cualquier lugar que estuviera Sterling.