El modelo de bestia baloncestística es el jugador nacido en Oklahoma y ahora demostrdando sus habilidades en Los Angeles Clippers. Blake Griffin ha nacido para hacer mates, tapones, saltos inverosímiles y todo tipo de jugadas espectaculares. Es el hombre de los highlights. Bueno, en realidad lo era. Lo sigue siendo, pero se ha empeñado en quitarse la cantinela de ‘puro físico’ y demostrar que su baloncesto no solo son altos vuelos.
Con su tiro de media distancia ha aumentado su arsenal ofensivo hasta incluso atreverse a lanzar triples. Además, la defensa de los Clippers en general y la suya en particular han ido hacia arriba desde la llegada de Doc Rivers. Los números avalan sus actuaciones noche tras noche haciendo evidente que es uno de los mejores en su puesto. Y cada vez va a más.
Anotar cada noche una media de 24 puntos no es fruto de la casualidad. Su porcentaje en el tiro libre ha aumentado notablemente superando el 70%. Además, mejora el 52% en tiros de campo cada madrugada, lo que son unos números más que considerables para entrar en este selecto grupo. Sus 9 rebotes y medio por encuentro son bien compartidos con los de DeAndre Jordan, formando una de las duplas más físicas de la competición. Además, para los que solo ven físico en este jugador, les ha demostrado que empieza a pasar el balón con buen criterio. Fruto de esto son las 3,9 asistencias por noche.
En definitiva, estamos ante una transformación de un jugador con un físico tremendo a otro con las mismas características pero con habilidades técnicas impropias para alguien de sus condiciones. La metamorfosis ha comenzado pero la mariposa ya empieza a lucir por Los Angeles.