El mandamás de los Miami Heat finalistas por cuarta vez consecutiva de la NBA, Pat Riley, despidió la temporada de la franquicia de Florida con una rueda de prensa llena de esperanza y mensajes tranquilizadores. Después de que la contundente derrota sufrida en las Finales ante San Antonio, Riley quiso poner un poco de calma en el entorno del equipo antes de que empezase la temporada baja y las vacaciones de los jugadores. El epicentro de su discurso fue logicamente, la estrella del equipo, LeBron James.
Riley afirmó que no presionará a LeBron James, ni a ninguno de los integrantes del Big Three. "Su responsabilidad es aceptar la mejor oferta que les hagan, por sí mismos, por sus familias y para su bienestar. No me voy a arrodillar ante ningún jugador para que reduzca su salario. Es algo voluntario, que debe salir del propio jugador y no necesariamente va a ocurrir". La prensa norteamericana ha publicado esta semana que LeBron no aceptará una reducción de salario para continuar en los Heat.
También tranquilizó a los fans y a los que piensan que los Heat no pueden moverse en el mercado este verano. "Podemos utilizar nuestras excepciones de salario medio, además de otras vías, entre las que están dos selecciones del próximo Draft". El presidente de operaciones baloncestísticas de los Heat cree que no hay motivo para alarmarse respecto al futuro de la franquicia.
Hablando del dueño, y de los rumores publicados esta semana que apuntan a que Micky Arison no quiere pagar el impuesto de lujo, tranquilizó a los más desconfiados. "Ya está comprometido, y va a hacer cualquier cosa para mantener a este grupo"
Preguntado por Carmelo Anthony y la posibilidad de añadir una cuarta estrella a la plantilla, Riley dijo que "parecía imposible, pero no más que cuando en 2010" tuvo el sueño de juntar a Chris Bosh, Dwyane Wade y LeBron James.