Uno de los jugadores más espectaculares esta temporada en la NCAA ha sido Aaron Gordon. Su capacidad para jugar por encima del aro y para acabar las jugadas en mates le ha supuesto la comparación con Blake Griffin, aunque poco acertadas. Pese a todo Gordon presenta varios aspectos de su juego muy interesantes.
Aaron Gordon ha sido el freshman estrella de la Universidad de Arizona, uno de los mejores equipos de la temporada NCAA. Nacido en San José, California, el 16 de septiembre de 1995, su rendimiento le ha hecho aventurarse a presentarse al Draft, pese a que aún muestras muchas lagunas en su juego, sobre todo en ataque. Pese a su comparación con Blake Griffin, Gordon es un jugador al que le costará hacerse con un papel principal en la NBA.
Gordon no es un jugador muy sobrado en el aspecto anotador. De hecho su media de puntos esta temporada (12'4 puntos por partido) es de las más bajas entre los jugadores que saldrán elegidos en primera ronda. Esto viene derivado principalmente por su falta de recursos en ataque, que se limitan básicamente a los puntos cerca del aro, sobre todo en forma de mates o bandejas y en transición (de los mejores hombres altos corriendo la cancha), donde una vez encarado el aro es imparable.
Sin embargo Gordon no dispone de buenos movimientos al poste. No es un jugador con un juego de pies que le haga sacar ventaja respecto a sus rivales y tampoco tiene un físico demasiado potente para hacerse espacio. Le faltan kilos y toque de dedos para definir cuando juega de espaldas o cuando afronta el aro sin posibilidad de mate. Aquí es donde reside una de sus principales diferencias con Blake Griffin, que sí podía crearse situaciones de tiro.
Uno de sus mayores defectos es el lanzamiento en suspensión, que podría tacharse de muy deficiente. Gordon no supone ninguna amenaza cuando se levanta a más de cuatro metros del aro y este defecto aumenta más cuando tiende a abusar de él. Tiene unos porcentajes de tiros libres paupérrimos (45%), lo que le hace un buen cliente para los rivales en los finales de partido apretados.
Dónde sí destaca Gordon es en la lectura del juego, siendo un buen pasador, pero únicamente cuando afronta el aro. Puede doblar el balón tras bloqueo o en penetración, encontrando siempre buenas opciones y perdiendo pocos balones. No es un interior pasador al estilo tradicional, pero sí un jugador con buena lectura del juego. Otro aspecto destacado es su manejo de balón, no óptimo pero sí por encima de la media de los jugadores de su posición.
Gordon es un muy buen defensor para jugadores en posiciones exteriores o que afronten el ataque desde fuera. Su altura (2'05) y su buen desplazamiento lateral le hacen llegar a puntear muchos tiros y a no permitir la penetración del rival. No es un gran intimidador, ya que le falta envergadura, pero sí que puede llegar con facilidad a los tiros. No lo es tanto cuando se trata de jugadores de su posición en la zona, muchos más altos y con más peso, a los que le cuesta parar.
Vive, al igual que Randle, en la indecisión entre las posiciones de cuatro y tres. No puede ser alero mientras mantenga ese lanzamiento exterior, pero tiene movilidad y altura suficiente para ser cuatro, aunque deberá ganar masa muscular. Actualmente se proyecta que esté rondando las posiciones 7 a 10 del Draft, bastante más arriba de lo que su capacidad anotadora indica. Y esto viene derivado porque es un jugador muy inteligente y muy competitivo. Útil desde el primer día.