
En el verano de 2000 Alonzo Mourning estaba en el mejor momento de su carrera. Acababa de ganar el oro olímpico en Sidney y su temporada NBA había sido más que notable, jugando su quinto All-Star. Pero unos meses después su vida cambió.
'Zo' Mourning se formó en una de las factorias más importantes de pívots en el baloncesto universitario, Georgetown. Años antes ahí había jugado Pat Ewing y ahí lo hizo él, llegando a jugar el Mundial de Argentina 90 con Estados Unidos. En 1992 era elegido como número dos del Draft, sólo por detrás de Shaquille O'Neal. Y lo hacía en los Charlotte Hornets, un equipo en crecimiento con una base sólida para llegar a ser una potencia en el Este. De hecho, en 1993 una canasta suya ayudó a dar la gran sorpresa de aquellos Playoffs, elimiando a los Celtics en primera ronda.
Instalado como uno de los hombres más duros de la competición, Mourning se erigió como el referente de los Miami Heat desde su llegada en 1995. Junto a Tim Hardaway formaron una de las parejas de moda en la NBA de los 90 con Pat Riley en el banco. Se convirtieron en una potencia en el Este y sólo los Bulls de Jordan le cortaban el paso hacia las Finales. Hasta que en el año 2000 le fue diagnósticado un problema renal que frenó en seco su carrera, obligándole a un transplante de riñón que mermó su capacidad física.
Pero Mourning nunca se iba a rendir. Antes de la enfermedad fue nombrado dos veces Mejor Defensor de la NBA y su riñón tampoco le iba a superar. Se repuso y encontró su nuevo rol como ayudante de O'Neal en los Heat tras un breve paso por los Nets. Ayudó a Miami a ganar su primer anillo de la franquicia en 2006 y se retiró en 2008 como uno de los máximo taponadores de la historia y sobre todo, como un ejemplo de superación y lucha.