Gregg Popovich alucina con Tim Duncan. Y 'Pops' no es una persona fácil de impresionar, ni un técnico que necesite hablar bien de uno de sus jugadores para levantarles la moral, y mucho menos un tipo que haga demasiados cumplidos. Para el entrenador de los San Antonio Spurs no hay ley física que pueda explicar el gran rendimiento que está teniendo 'Timmy' en esta, la que previsiblemente será su última temporada en activo. En una entrevista con Ramona Shelburne, de ESPN, el jefe del vestuario de los Spurs confiesa quedarse boquiabiuerto cuando ve a Duncan hacer lo que hace con 38 años.
"Le ves cojear, sus rodillas apenas se flexionan, y le cuesta mucho saltar. Entonces ves lo que hace y te preguntas ¿Cómo juega así este tío?"
"Hablo en serio. Mirádle caminar. Estoy impresionado con lo que hace"
"Tiene noches que han sido una locura. Mira la triple prórroga contra los Blazers. Parecía un chaval de 27 años"
Tim Duncan está promediando 16 puntos, 11 rebotes, 3 asistencias, 1 robo y 2,3 tapones en poco más de 30 minutos por noche a 120 días de cumplir 39 años. El 'mejor ala-pívot de la historia' no suele protagonizar los highlights diarios que nos ofrece la prensa que sigue la NBA, y tampoco es un jugador que de demasiadas noticias, ni aunque sea el más emblemático de su generación, el más constante o una leyenda viva a punto de retirarse. Tim es así. Un tipo tranquilo y eficiente, que sin embargo es capaz de hacernos creer en la eterna juventud cada vez que miramos sus estadísticas y nos frotamos los ojos.
Si Pau Gasol o Kobe Bryant están jugando a un nivel por encima del que cabría esperar de un jugador con su veteranía y kilometraje, Tim Duncan lleva todas esas conjeturas a otro nivel. Su excelencia, que no se mide por sus estadísticas, viene respaldada por éstas. A sus 38 años y 245 días su baloncesto sigue funcionando, y es que a diferencia de otros jugadores que se encomiendan a su físico, Timmy sabe que sus límites sólo debe ponérselos el mismo.