
La decepcionante y abultada derrota en la serie de primera ronda ante Washington Wizards podría cobrarse la cabeza del entrenador Dwane Casey. El base de los Raptors, Kyle Lowry, ha sido preguntado por la continuidad del técnico en el equipo, pero el jugador eludió la cuestión con un frío "no es mi decisión."
La franquicia canadiense aterrizaba en los Playoffs como campeona de la División Atlántico después de haber firmado el mejor registro de su historia en temporada regular, pero el batacazo ante Washington ha sido monumental. A pesar de ello, Casey había sido muy criticado por el mediocre rendimiento del equipo desde que el 2015 dio comienzo, destacando una ofensiva poco imaginativa y un rendimiento en defensa muy por debajo de lo esperado.
Estas deficiencias se mostraron en toda su amplitud en Playoffs ante unos Wizards que barrieron de la cancha a la franquicia canadiense, incluyendo un cuarto partido que perdieron por 31 puntos. Y todo ello con el factor cancha a favor.
La ofensiva de Casey giró en torno a sus jugadores exteriores de referencia, aunque la eficacia de todos ellos rozó lo humillante. Salvo en caso perdonable de DeMar DeRozan, con 20.3 puntos y una efectividad del 40% en tiros de campo, los porcentajes de Lou Williams, recientemente nombrado Mejor Sexto Hombre del Año, y Kyle Lowry descendieron hasta el 31.4% y 31.8% respectivamente. Caso preocupante el de un Lowry totalmente desconocido desde el parón por el All-Star Weekend que vio disminuidos sus números en anotación en hasta nueve puntos respecto a los Playoffs del pasado año. Mientras tanto, Jonas Valanciunas (50%) y Amir Johnson (69%) fueron relegados a un plano totalmente secundario.
Por otra parte, la defensa ha hecho aguas todo el año, desapareciendo totalmente en Playoffs. Los Raptors presentaron un ratio defensivo de 107.7 puntos por cada 100 posesiones, 25º peor de toda la NBA, para caer hasta unos paupérrimos 112.5 puntos en la serie ante Washington. Muy malos registros para un entrenador que presenta una reputación de especialista defensivo.
A Casey todavía le resto un año más de contrato, pero la paciencia en los despachos de Toronto podría haberse agotado ya.