
Tras el tercer partido que jugaron ayer los finalistas de la Conferencia Este, llegaba el turno de los Houston Rockets y los Golden State Warriors. Después de que Harden, Paul y compañía igualasen la eliminatoria, la franquicia californiana ha vuelto a dar un golpe sobre la mesa para demostrar que los campeones siguen ahí.
Los Warriors acabaron 'apalizando' a los de Texas por 126-85. Una diferencia de, nada más y nada menos que 41 puntos, que demostró el nivel que pueden alcanzar los de Oakland en casa. Con Stephen Curry en modo MVP, alcanzando los 35 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias. Pero no fue el único, sino que todo el quinteto titular acabó anotando más de diez puntos.
Los de Houston, por su parte, acabaron con Harden como máximo anotador, con 20 puntos y 9 asistencias. No tuvieron su mejor noche, y eso nos indicaron con posteriores declaraciones.
"Hemos jugado suave en realidad. Quiero decir, no puedes hacer eso con estos muchachos. Ellos son buenos", admitía Mike D'Antoni. La palabra más repetida durante el post-partido fue "suavidad". El equipo pecó de jugar sin agresividad ninguna, y fue lo que les sentenció.
El conjunto de Houston acabó con menos de un 40% en tiros de campo y con 19 pérdidas de balón. Además, concedieron una ventaja de 49-41 para los californianos respecto a los rebotes. Muchísimos errores que dejaron K.O. a los jugadores visitantes.
El líder de los Rockets, James Harden, también hablaba para la prensa sobre el encuentro, dándole la razón a su técnico. "No fuimos tan agresivos como necesitábamos. Empezamos el partido bastante sólidos, y luego les dejamos ganar confianza para terminar el primer cuarto. En defensa no nos sintieron, y se mostró anoche".
Su compañero de equipo, Chris Paul, lo dejaba claro. "Tenemos que ser mejores".