El caso más paradigmático de juguete roto en la NBA podría estar encarnado perfectamente en Michael Beasley. Joven de talento descomunal y baloncesto vistoso, criado en la calle y forjado a sí mismo, que se topa con una fama y presión mediática difícilmente asumibles y acaba incurriendo en innumerables errores. La mejor liga del mundo se afana por evitar este tipo de historias con programas de formación y tutorización de jóvenes talentos, pero Michael no pudo escapar a los oscuros fantasmas que se cruzan siempre en el camino de un proyecto de estrella. Ahora, con 31 años, recibe una nueva oportunidad de redimirse, de la mano de Brookly Nets.
Escogido en segunda posición del NBA Draft 2008 por Miami Heat, solo por detrás de Derrick Rose y por delante de hombres como Russell Westbrook o Kevin Love, el de Maryland no terminó de cumplir con las expectativas y en el segundo año en la liga, tuvo que ingresar en un centro de rehabilitación para drogodependientes. Los sucesos se desataron después de ser encontrado junto a otros dos jugadores (Mario Chalmers y Darrell Arthur) en una habitación con mujeres y marihuana durante la reunión con los novatos para asesorarles acerca de cómo gestionar la fama y el dinero, tal y como informa HispanosNba.
Traspasado a Minnesota Timberwolves, este ágil ala-pívot de 2,06m de estatura, buen lanzamiento y destacable manejo de balón con su zurda, cuajó su mejor temporada en la 2009/10 con 19,2 puntos de promedio. Sin embargo, no encontró la regularidad necesaria, su falta de disciplina no generaba confianza y después de pasar un año en Phoenix Suns y otro en Miami Heat, donde fue detenido por posesión de drogas, no encontró oportunidades en la NBA y se marchó a China a hacer dinero. Shanghai Sharks y Shandong Golden Stars fueron sus equipos, con un breve retorno a Miami Heat de por medio y luego a Houston Rockets.
Beasley siempre ha sido ese agente libre al que recurrir en momentos puntuales, intentando maximizar sus virtudes y reducir sus defectos. Es lo que busca ahora Brooklyn Nets en un contexto complicado como es el de encerrar a un jugador como él en una burbuja, después del susto que dio el pasado año. Y es que tras el fallecimiento de su madre en 2018 por un cáncer, Beasley dejó entrever ciertas tendencias suicidas con un mensaje en su perfil de Instagram que hizo saltar las alarmas y que se unió a una sanción de cinco partidos por saltarse el programa anti-drogas de la liga, tal y como informó el periodista Charania.
La plaga de positivos por coronavirus con los que cuenta Brooklyn Nets, han incitado a la franquicia a apostar por un hombre cuyas últimas experiencias fueron en New York Knicks y Los Angeles Lakers, ocupando un rol de jugador de banquillo en el que no llegó a destacar, antes de retornar a la CBA China, en la que se proclamó campeón con Guangdong Souther Tigers. Puede ser una gran oportunidad para que Michael Beasley despliegue todo su potencial en un equipo que, casi con total seguridad, jugará los playoffs y lo hará sin nada que perder y mucho que ganar.