Nick Calathes, un talento inusual que pasó por los infiernos del deporte

Analizamos cómo juega el base griego fichado por el FC Barcelona, que llegó a estar sancionado por dopaje en su paso por la NBA.

Diego Jiménez Rubio | 11 Jul 2020 | 16:55
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Nick Calathes, quién es y cómo juega. Foto: gettyimages
Nick Calathes, quién es y cómo juega. Foto: gettyimages

La ilusión se palpa en el ambiente con el nuevo fichaje del FC Barcelona. Pocos jugadores hay en Europa tan carismáticos y especiales como Nick Calathes y su aterrizaje en la Ciudad Condal no ha pasado desapercibida. El elevado salario que percibirá (5,5 millones de euros en 3 años de contrato) hacen que un jugador de 31 años se convierta en uno de los mejor pagados en toda Europa. La apuesta es arriesgada, teniendo en cuenta que tendrá que luchar por minutos con un jugador radicalmente opuesto a él, pero igual de importante y prestigioso, como es Thomas Heurtel.

Cuando se reúne tanto talento en una misma plantilla, la gestión de egos resulta fundamental, pero si por algo es conocido este griego nacido en Florida es por su facilitad para generar juego. Un base de otro tiempo, un facilitador nato cuyo gran defecto es el lanzamiento de tres puntos y el tiro libre, pero que a pesar de ello, ha sabido forjarse una leyenda en el baloncesto del siglo XXI, en el que el tiro exterior parece ser lo más importante. Visión de juego, habilidad para llevar el tempo del partido, buenas manos en defensa y una capacidad de liderazgo exquisita sazonan las virtudes de un jugador tremendamente imaginativo con el balón.

Sus dos etapas en Panathinaikos fueron las más prolíficas de su carrera, siend campeón de la Euroliga 2011 y seis veces ganador de la Liga Griega, así como miembro del Equipo Ideal de la Euroliga en 2018 y 2019. Aprovechó su tirón para buscar un buen dinero en Lokomotiv Moscú, allá por la temporada 2012/13, en la que dio un salto cualitativo importante ganando la Eurocup y siendo MVP de dicha competición. Eso supuso la antesala a su gran anhelo: la NBA. Jugadores de su perfil no son los más habituales para la liga estadounidense, pero la experiencia no estaba siendo mala en los Memphis Grizzlies. En su primera temporada se consolidó como base suplente, jugando 71 partidos, con promedios nada desdeñables de 16,5 minutos por partido, 4,9 puntos y 2,9 asistencia.

El sueño tornó en pesadilla de forma abrupta cuando dio positivo en un control antidopaje por tamoxifeno, sustancia que mezclada con anabolizantes, puede mejorar sustancialmente el rendimiento físico. Se perdió el derecho que había ganado en la pista junto a sus compañeros de disputar los playoffs y buscó el cariño de la madre patria, regresando a Grecia. Nick Calathes quiere seguir siendo importante en el baloncesto europeo y aspira a convertirse en el timón de un proyecto mareante en cifras y talento. La exigencia será máxima y se espera de él una gran inteligencia emocional para afrontar los momentos cumbre del FC Barcelona.