
Ya han pasado algunos años desde que Stephen Curry y Klay Thompson veranearan juntos en España y algunos aficionados que por aquel entonces no le conocían le pidieron que fuera el fotógrafo de las instantáneas que le pedían al ahora doble MVP de la temporada. En todo este tiempo el más pequeño de los Splash Brothers se ha convertido en el único tirador capaz de hacer sombra a Curry en toda la liga, siendo su compañero de equipo.
Thompson es un jugador que por su carácter podría pasar desapercibido. No le gusta hacer gestos a las cámaras, ni a los aficionados, ni a sus rivales. En realidad no es muy expresivo, lo que no quiere decir que no sea letal con balón en las manos. Se mueve en silencio entre la hierba, muy sigilosamente. Cuando le llega el balón; carga, apunta y dispara, como un francotirador.
No olvidemos que este jugador fue capaz de anotar 37 puntos en un solo cuarto la pasada temporada, batiendo el récord de Wilt Chamberlain.
Su entrenador Steve Kerr sabe de lo que es capaz, y por eso nunca duda de su talento aunque haya fallado sus primeros 10 lanzamientos a canasta. "No lo ves, no lo oyes... Nunca habla, no dice nada. Pero ahí está. Es un jugador de baloncesto como la copa de un pino"
Thompson puede darle la vuelta a un partido en tres minutos. Sabe revolucionar un cuarto con más de 20 puntos, anotando sin fallo con una facilidad que impresiona a los defensas que no saben cómo pararle.
El general manager de los Warriros, Bob Myers, va más allá en sus elogios al escolta de 25 años; "Klay es como el primer Terminator. Tiene una misión y la cumple. La de Terminator era salvar a Sarah Connor y la suya es ganar el partido".
A ver cómo se le da al bueno de Klay el resto de las Finales. De momento se le está viendo poco en los dos primeros partidos, pero mientras esté preparado para cuando le necesiten, en Oakland pueden estar tranquilos.