
Este domingo irremediablemente termina se acaba la temporada 2015-16 de la NBA, y lo hace con el broche perfecto para los espectadores de poder disfrutar de un séptimo partido de las Finales, el primero desde que el 2013 los Miami Heat consiguieran remontar a los San Antonio Spurs un 3-2 en contra.
Los Warriors se encomendarán a la afición más ruidosa de toda la liga en el momento de mayor debilidad de toda la temporada, ya que tras lo visto en los últimos partidos en los que se vieron intimidados por unos Cavaliers liderados por un LeBron desatado, en el Oracle Center puede ocurrir cualquier cosa.
Con un Curry tocado y muy irregular, un Klay Thompson que solo aparece en los terceros cuartos, un Harrison Barnes sin inspiración y un Iguodala con problemas en la espalda, los californianos intentarán aprovechar su tercera oportunidad en la serie para volver a proclamarse campeones por segundo año consecutivo, pero no lo tendrán fácil.
La clave del partido puede estar en el primer cuarto. A pesar del empate a 3 en la eliminatoria, lo cierto es que hemos tenido pocos momentos de igualdad en esta serie y si Cavs o Warriors salen enchufados y consiguen buenas ventajas desde el principio y evitan cargar a jugadores clave con varias faltas en los primeros compases del partido, pueden tener gran parte del trabajo hecho. Ya vimos en el sexto encuentro como tanto Curry como Draymond Green se vieron limitados en defensa por sumar varias faltas en los primeros minutos, situación que les pesó durante el resto del partido. Por su parte los Cavs perderían a Kevin Love por las mismas circunstancias, pero su ausencia como hemos visto ha beneficiado a los de Ohio.
Mañana a partir de las 2 de la madrugada, hora española, conoceremos el desenlace de esta inolvidable temporada.