
Salvo la lujuría y la gula, por motivos más que evidentes, Russell Westbrook cometió anoche durante el partido contra Kevin Durant y sus Warriors en el Oracle Arena cinco de los siete pecados capitales que hace siglos definió Santo Tomás de Aquino. La estrella de los Oklahoma City Thunder volvió a ser el mejor jugador de su equipo en la derrota sufrida ante Golden State (100-121) y aunque consiguió su triple doble número 21 de lo que llevamos de temporada va a ser muy difícil que olvidemos -nosotros y él- lo que ha ocurrido en el transcurso del encuentro.
Westbrook consiguió 27 puntos, 15 rebotes, 13 asistencias, 2 robos de balón y 2 tapones, encestando 8 de sus 23 lanzamientos a canasta y 1 de sus 6 intentos de triple, y perdiendo 10 balones.
Estos fueron sus cinco pecados capitales en la derrota de los Thunder en la Bahía de San Francisco;
Avaricia:
Westbrook no solo quería ganar, si no ser el protagonista del partido. Para ello trató de dominar el tablero en ambas mitades de la cancha, absorber mucho protagonismo en ataque como acostumbra, pero delante del público al que más ganas tiene de callar. Esto provocó que a pesar de su triple doble, se fuera a casa una vez más con una serie de tiro desastrosa, por debajo del 35% en lanzamientos de campo y 16% en triples, mientras sus compañeros estaban mucho más acertados. Por si fuera poco perdió 10 balones, algunos de ellos imperdonables.
Pereza:
Por algún motivo que desconocemos, la estrella de los Thunder se olvidó de botar el balón en esta jugada en la que le contabilizaron una de sus 10 pérdidas de balón, regalando la posesión a sus rivales.
Uh Russ... you can’t... you can’t do that pic.twitter.com/SneOoW180s
— NBA on ESPN (@ESPNNBA) 19 de enero de 2017
Ira:
La falta flagrante que Zaza Pachulia cometió sobre Westbrook ya ha sentado un precedente importante. No porque fuera algo más destacable que un lance de juego, si no porque después del partido, el base de los Thunder aseguró que las cosas no iban a quedarse así, dando a entender que se vengará del pívot georgiano cuando tenga la menor oportunidad.
Envidia:
No sabemos qué se dijeron Durant y Westbrook en esta secuencia durante el tercer cuarto, el peor de los Thunder (22-37 de parcial), pero parece que no se preguntaron por sus respectivas familias. Está siendo uno de los momentos más comentados del encuentro de anoche. Intuimos que Westrbrook sigue sin perdonar al que fue su compañero durante 9 temporadas por haberse marchado al equipo que les eliminó de los Playoffs en las Finales de Conferencia.
Soberbia:
A pesar de que diga lo contrario, a Westbrook esta temporada le está sirviendo para demostrarse a sí mismo que al menos a nivel individual puede ser el jugador más dominante de la liga, y su empeño por firmar un triple doble cada partido y liderar a su equipo en anotación están restando muchas vías de actuación a una plantilla que podría dar muchísimo más de sí si el esquema no estuviera centrado en el jugador que quiere igualar -y superar- la temporada de triple doble de Oscar Robertson.
Además, las cámaras de televisión cazaron a Westbrook ordenando a sus compañeros que no se dirigieran a Kevin Durant una vez terminado el partido.
Clearly the little chat didn't change things between Russ & KD ---- (NSFW) pic.twitter.com/W4B9FyGD6a
— Bleacher Report (@BleacherReport) 19 de enero de 2017