Inasumible de todo punto lo que está ofreciendo Marc Gasol en la NBA desde hace más de un año para un jugador de su caché. Se otorgaron muchas licencias a su falta de actitud y motivación en Raptors la pasada campaña debido al contexto de la franquicia y la interrupción de la temporada por el coronavirus, una situación que afectó sobremanera a la mentalidad del español. Sin embargo, todos los amantes del baloncesto esperaban un cambio sustancial con su llegada a Los Angeles Lakers, no tanto en lo que a repercusión ofensiva o densidad de minutos se tratara, sino al menos en actitud y proactividad. El hecho de que un titular del equipo angelino finalice su primer encuentro allí sin lanzar ni una sola vez a canasta y con cinco faltas cometidas en 12 minutos.
Prestaciones sonrojantes para cualquier profesional, pero mucho más para un hombre de su prestigio y dilatada experiencia, que no puede seguir escondiéndose después de un supuesto rol de equipo y afán de generosidad con los compañeros. Si está en la cancha debe ser él quien busque la manera de encontrar posiciones propicias para lanzar y ser protagonista. Visiblemente falto de velocidad, no se decide a buscar el poste, carece de la actitud para buscar situaciones combinativas en la pintura y sus bloqueos son timoratos y perezosos, sin ofrecer soluciones de pick&roll ni pick&pop. Lo mismo que se vio en la burbuja con Toronto Raptors es lo que puso sobre la cancha el catalán en su debut con Lakers, en una versión aún peor.
Marc Gasol ni siquiera buscó los espacios en los que poder recibir balones y estuvo lento en ataque
Sus carencias a la hora de desplazarse lateralmente le llevaron a cometer errores infantiles en el spacing defensivo, empleando las manos para intentar taponar la sangría de puntos que llegaban por parte de cada jugador que atacaba su posición. Serio, taciturno y con la cabeza gacha, ver a uno de los mejores jugadores de la historia de España así genera una profunda desazón. Marc Gasol debe ser consecuente y asumir que, si no está en forma física ni mentalmente, tendrá que hablar con Frank Vogel para que no le dé minutos. Por mucho que el entrenador haya sido generoso al criticar que no le dieron balones, resultaba imposible encontrar al español en ataque por su falta de movilidad.