No es oro todo lo que reluce y aunque muchos esperaban que la versión arrolladora que mostró Brooklyn Nets en los dos primeros encuentros, tuviera continuidad ante Charlotte Hornets, el equipo de Gordon Haywarth y LaMelo Ball dejó claras cuáles son las debilidades del equipo de Kevin Durant y Kyrie Irving. Ni siquiera con dos estrellas de este nivel puede ganarse un campeonato y los Nets son conscientes de que no pueden fiarlo todo a ellos dos. Rindieron a un nivel nada desdeñable, con 29 y 25 puntos, respectivamente, pero la buena defensa de perímetro de Charlotte y falta de argumentos en la zona de DeAndre Jordan y Jarret Allen, más allá de los 26 rebotes capturados entre ambos, fueron una losa demasiado pesada.
Con una buena actuación coral, teniendo seis jugadores por encima de la decena de puntos, y LaMelo Ball ofreciendo buenos minutos desde el banquillo, Hornets logró imponerse a un equipo que ya parecía inmortal. Sin embargo, la lesión en el tramo inicial del encuentro de Spencer Dinwiddie puso de manifiesto que Brooklyn Nets no está sobrado de jugadores de garantías. Caris LeVert asumió mayor protagonismo, pero ni él ni Joe Harris estuvieron acertados. Las dos estrellas del equipo volvieron a amasar muchísimo balón y sumaron la friolera de 36 minutos cada uno, condicionando en todo momento el ataque de su equipo.
Kevin Durant tuvo el triunfo en sus manos, pero falló el tiro decisivo, y en rueda de prensa reclamó poder competir ya en el back-to-back que se avecina ante Memphis Grizzlies. No será nada agradable asumir un riesgo tan grande como es el de hacer que dos jugadores veteranos con lesiones graves a sus espaldas disputen tantos minutos en días consecutivos, y más sin contar con una pieza clave como es Dinwiddie. Jeff Green también se lesionó, poniendo en jaque la aparente felicidad y confianza máxima que imperaba en Brooklyn Nets tras las primeras jornadas.