Era evidente que Facundo Campazzo iba a sufrir para hacerse un hueco en la NBA, pero lo que nadie pensaba es que no se encontrara un rol bien definido a un jugador como él, y que se le relegara a un minutaje modesto y, sobre todo, de ninguna calidad. Y es que la acumulación de bases que existe en Denver Nuggets y la obstinación de Michael Malone por no hacer coincidir en cancha a Jamal Murray con el argentino, ha provocado que Monté Morris y PJ Dozier sigan siendo más importante que el Facu. Se hace coincidir al primero con Campazzo en alguna ocasión, mitigando las opciones de brillar del argentino y desplazándose a un rol bastante residual.
Cuando un jugador viene del extranjero con un gran cartel, es consciente de que debe trabajar mucho, pero habitualmente se le encasilla en un rol bien definido en sus primeros compases, antes de que pueda demostrar algo más. La experiencia de Facundo y su polivalencia provocan que pueda ser percibido como un jugador revolucionario en ataque, capaz de imprimir velocidad, buscar contraataques y dinamizar al equipo. Morris encarna un tipo de base mucho más sólido, por lo que podrían ser complementarios e incluso cooperar en la cancha de manera eficiente. Sin embargo, cuando está en cancha, Facundo no recibe la manija del equipo, tiene pocas opciones de jugar pick&roll y no se le hace ningún tipo de aclarado.
Facundo Campazzo promedia 1,4 asistencias por partido
A excepción de los dos encuentros ante Timberwolves, el argentino no ha jugado más de 20 minutos en ningún encuentro, pero ni siquiera en ellos encontró protagonismo. Se echan en falta las asistencias en un jugador nacido para ello, cuya visión de juego puede dar muchas alternativas a los de Colorado. El hecho de que una gran parte de sus lanzamientos vengan desde el triple, y con porcentajes mejorables, trasluce una cierta ansiedad por parte de Facundo Campazzo por alcanzar ese protagonismo que su entrenador, Michael Malone, le está negando con su rotación y planteamiento táctico del equipo cuando él está en la cancha.