Hace unos meses Houston Rockets podría haber recibido a Jarrett Allen, Spencer Dinwiddie, Caris LeVert y algunas rondas del draft. Hoy han recibido a un Victor Oladipo que acaba contrato el próximo verano y a unas cuentas rondas del draft. Está claro que quieren empezar de cero. Pero con planificación podrían haber empezado con mucho talento el proyecto post James Harden.
En resumidas cuentas, lo que ha sucedido hoy es que un equipo se ha plegado a un jugador que ha vuelto de vacaciones tras el coronavirus publicando fotos de clubes de striptease, faltándole el respeto a sus compañeros y haciendo el ridículo sobre la cancha.
Sí, James Harden es el máximo anotador de la NBA en las últimas campañas. Sí, James Harden fue MVP hace 3 años. Sí, James Harden es muy bueno. Por eso no entendemos a los Rockets. Nadie regala a un jugador que te puede hacer ganar la NBA. Y eso es lo que parece que han hecho los texanos.
El traspaso parece una broma. O, más que una broma, un calentón. Y eso de una empresa como una franquicia NBA que factura millones de dólares al año es lamentable. Que se hayan dejado llevar por las declaraciones de esta pasada madrugada, cuando afirmaba que no había vuelta atrás, no tiene explicación.
Los Rockets deberían haber forzado la situación. Deberían haber intentado conseguir mucho más. Pero no lo han hecho. Se quedan con Oladipo (LeVert se va a Indiana) y con las rondas del draft (ninguna alta).
En fin. Cada uno es dueño de sus actos.
De Westbrook a Durant
Harden, por su parte, pasa de intentar ganar con Westbrook a intentarlo con Durant. Quizás debió quedarse en OKC y haberlo intentado desde el principio con ambos. Veremos si el baloncesto en esta ocasión le es más favorable. Tendrá que pasar por encima de LeBron y compañía. Y tendrá que conseguir repartirse la pelota con Durant e Irving (va a ser bueno ver eso).
Como Jordan, sólo, hace décadas que no gana nadie. Que cada cuál luego hable del GOAT y los mejores de la historia como quiera...