
Baloncesto español y la ciudad de Memphis son dos conceptos que suelen encajar a las mil maravillas. Y no, el efímero paso de Juan Carlos Navarro por los Grizzlies no es el mejor ejemplo de ello. Pero cuando se trata de pívots que superan los 210 centímetros de altura, que tienen talento y capacidad para anotar puntos, la comunión entre el equipo y este perfil de jugadores suele funcionar a las mil maravillas.
El NBA Draft 2021 nos dejó una sorpresa muy agradable para el baloncesto español: la elección de Santi Aldama en la primera ronda en el pick 30 que tenían los Memphis Grizzlies. Pese a que su salida se había previsto en una elección más alta (se hablaba incluso de la decena de los 50 a los 60), la llegada del español a la franquicia de Tennessee ha sido vinculada con varias opiniones de diversa índole.
Las dudas lógicas y la ilusión habitual
Como es normal, la elección de Santi Aldama en un puesto tan alto y su irrupción en la mejor liga del mundo representa una doble vía de entendimiento: podríamos estar ante uno de los robos del NBA Draft 2021 o frente a un grave error en la Gerencia de Memphis Grizzlies.
Las dudas con respecto a Santi Aldama residen en su físico. No es un jugador hecho a la corpulencia y musculatura de la mejor liga de baloncesto del planeta, ni su rendimiento ha sido evaluado en el baloncesto profesional, si no en una división inferior del baloncesto universitario.
Sin embargo, hablamos de un jugador interior de 2.11 de altura, de los que cada vez escasean más en la liga, pero que además cuenta con una muy buena mano para el lanzamiento exterior y para conseguir puntos desde muchas marcas del parqué.
Si a ello le sumamos la bonita historia de Memphis Grizzlies con centers españoles de la dimensión de Pau Gasol o Marc Gasol, la historia merece, como mínimo, un profundo vistazo. ¿Será la tercera parte de una trilogía encantadora en Tennessee del baloncesto nacional?