
Madrugada histórica la que vivimos en el Wells Fargo Center con un extraordinario partido de Joel Embiid que nadie había logrado en la historia de la NBA: 59 puntos (20 tiros libres), 11 rebotes, 8 asistencias y 7 tapones. Hay una serie de factores que, si se cumplen, hacen que el pívot de Philadelphia 76ers sea un jugador imparable para las defensas rivales. Os los contamos a continuación:
1. Estado físico
Uno de los principales problemas del jugador camerunés en su carrera NBA son las lesiones. Es complicado verle rendir durante una temporada completa y, cuando juega demsasiado, ha llegado a los playoffs reventado. Cuando está bien físicamente, prácticamente nadie es capaz de pararle en la zona. Debe cuidarse y Doc Rivers (o quien le entrene) debe cuidarlo para que llegue a tono a las citas clave de cada temporada.
2. Mentalidad
Los Sixers han pasado por un tobogán de emociones en los últimos años. El equipo se suponía que tenía que luchar por el anillo hace ya 3-4 años, y no ha logrado ni siquiera meterse una vez en las Finales del Este. Embiid ha pasado en estos años por periodos en los que no ha sido el líder que los de Philly necesitaban. Si su mentalidad ganadora sobresale y está bien físicamente, gran parte del trabajo está hecho.
3. Tiro de media distancia
Cuando le entran los tiros de media distancia es imparable. Así de simple. Le entran de fuera, por lo que los defensores no pueden dejarle un metro, por lo que puede pasar (ayer acabó con 8 asistencias) o penetrar y anotar con facilidad. Cuando le entran los tiros, su nivel es MVP, así de simple.