Carburando motores para recibir a pleno rendimiento a la nueva gran estrella. En ese proceso se encuentran unos Phoenix Suns resurgidos de sus cenizas y que miran el futuro con tremendo optimismo. Se han situado ya en cuarta posición de la Conferencia Oeste y asolan claramente los puestos cabeceros, después del triunfo sobre Sacramento Kings. Sus estrellas han vuelto a ilusionarse y afilar el colmillo competitivo ante la llegada de un Kevin Durant que completa el que puede ser el Big4 más impresionante de la historia de la liga.
Y es que contar con un playmaker clásico rebosante de experiencia, visión de juego y ambición por ganar un anillo que redondee su carrera, es algo que ningún otro equipo en la NBA posee. Chris Paul ha podido tomarse sus descansos durante esta campaña y todo indica que afrontará el tramo final en perfectas condiciones. Por su parte, Devin Booker es un anotador compulsivo que ha mejorado mucho su agresividad hacia el aro y que verá en Durant a un aliado único para poder seguir mejorando.
¿19 asistencias en un partido?
— NBA Spain (@NBAspain) February 15, 2023
Chris Paul, él solo, esta noche
Y 17 puntos pic.twitter.com/eQ5KDr5UzO
Paul y Ayton se han reencontrado con su mejor versión en las últimas semanas
Más notable aún es el cambio de paradigma apreciado en DeAndre Ayton, un jugador que no parecía que podría perdonar el hecho de ser menospreciado por la gerencia de Phoenix Suns a la hora de renovarle el contrato, pero que se ha dado cuenta de que puede hacer ajustes posicionales y tácticos en la cancha que eleven su nivel a un estatus superior. Aprovechará los huecos dejados por las amenazas permanentes de Kevin Durant y Booker, y no se limitará a hacer el trabajo sucio. El talento de KD se puede amoldar a cualquier circunstancia.