La importancia de James Harden en lo que resta de serie contra los Denver Nuggets

Los Angeles Clippers esperaban tomar el control en el quinto partido. En lugar de ello, fueron arrollados por los Denver Nuggets. Jamal Murray tuvo una noche dominante con 43 puntos. James Harden, sin embargo, tuvo su peor actuación de los playoffs para los Clippers en el quinto partido.

El resultado fue una derrota por 131-115 que coloca a los Clippers a un partido de la eliminación. Harden terminó la noche con sólo 11 puntos. Tiró 3 de 9 en tiros de campo, falló sus dos intentos de triples y terminó con cuatro pérdidas de balón. Sus números -ocho rebotes, cinco asistencias y dos robos- no sirvieron para enmascarar su falta de anotación. Más importante aún, reforzó una narrativa que le ha perseguido durante años.

Había esperanza en esta serie. Harden anotó 32 puntos en el primer partido y parecía el mismo de siempre. Pero su impacto fue disminuyendo a medida que avanzaba la serie. En el decisivo quinto partido, cuando su equipo más lo necesitaba, James Harden desapareció.

Desde el primer partido, Harden no ha superado los 20 puntos en ningún encuentro. El 5º partido marcó su producción más baja de la serie. Tanto los aficionados como los críticos se han cansado de este patrón: dominio en la temporada regular seguido de inconsistencia en los playoffs.

Bill Simmons bromeó en su podcast diciendo que los Clippers sólo pusieron a Harden sobre Nikola Jokic en el quinto partido para que la gente recordara que seguía en la cancha. Ese tipo de comentario no es sólo brutal. Es revelador.

La actuación de James Harden en el quinto partido trajo recuerdos dolorosos. Hace dos años, con los Philadelphia 76ers, Harden se enfrentó a una situación similar. Con su equipo ganando 3-2 a los Celtics, anotó 13 puntos en el sexto partido y sólo 7 en el séptimo. Ese colapso ayudó a enviar a los Sixers a casa antes de tiempo.

Ahora, con los Clippers, la historia amenaza con repetirse. La falta de producción de Harden ha alimentado las críticas. El silencio posterior sólo empeoró las cosas. Harden se negó a hablar con los medios tras el quinto partido. Fue su segunda ausencia consecutiva ante los medios. Después del cuarto partido, también se ausentó de los deberes posteriores al partido.

Evitar a los medios no ayudará a su reputación. Una cosa es rendir por debajo de lo esperado. Otra es eludir la responsabilidad. Los aficionados quieren honestidad, no ausencia.

La ardua tarea de los Clippers

El entrenador Tyronn Lue tiene una tarea difícil. Debe recalibrar la ofensiva y las expectativas. Los Clippers no pueden permitirse confiar en que Harden cambie de repente. Ese barco puede haber zarpado. El equipo tiene que mirar hacia otro lado.

Ivica Zubac destacó con 27 puntos. Kawhi Leonard añadió 20. Pero lo más importante es que jugadores como Bogdan Bogdanovic y Norman Powell contribuyeron más que Harden. Ambos siguen siendo anotadores voluntariosos que prosperan bajo presión. Los Clippers deberían apoyarse en ellos a medida que avance la serie.

El cuerpo técnico debe ser honesto consigo mismo. No pueden enseñar trucos nuevos a un perro viejo. Los patrones de Harden están bien establecidos. Lue debe diseñar jugadas que den prioridad a los demás mientras deja que Harden facilite, no dirija.

Con los Clippers perdiendo 3-2, deben ganar el sexto partido para sobrevivir. La actuación de James Harden en el quinto partido no ha hecho más que añadir dudas. Está justificado que los aficionados se pregunten si Harden puede rendir en estos momentos. A sus 35 años, todavía posee un gran coeficiente intelectual y habilidad baloncestística, pero eso no se ha traducido en grandeza en los playoffs.

Denver ganó el quinto partido de forma convincente. No sólo vencieron a los Clippers, sino que los dejaron en evidencia. Murray recordó a todos por qué prospera en la postemporada. Harden, por su parte, nos recordó por qué su legado en los playoffs sigue siendo tan polarizante.

Harden tuvo la oportunidad de cambiar la narrativa en el quinto partido. No la aprovechó. Su actuación -y su silencio- no hizo sino reforzar las preocupaciones que existían desde hace tiempo. Para que los Clippers se recuperen, deben dejar de esperar que Harden sea algo que no es. La decepción de James Harden en el quinto partido puede ser un punto de inflexión, no para él, sino para el futuro de los Clippers.

Tienen talento. Tienen la profundidad. Ahora, necesitan cambiar su enfoque. Porque si no lo hacen, el sexto partido podría ser el último.