Recordando a Mahmoud Abdul-Rauf

Ayer cumplió 47 años Mahmoud Abdul-Rauf, uno de los mejores jugadores universitarios de la historia de la NCAA. Desde Blog de Basket repasamos su carrera.

Jacobo León | 10 Mar 2016 | 16:00
facebook twitter whatsapp Comentarios
BlogdeBasket, baloncesto en estado puro
BlogdeBasket, baloncesto en estado puro

Mahmoud Abdul-Rauf llegó al mundo bajo el nombre de Chris Wayne Jackson un 9 de marzo de 1969 en Gulfport, Mississippi. Sus fuertes e inamovibles convicciones islámicas, religión a la que se convirtió, le causaron un gran número de problemas con la NBA, quien llegó a sancionar al base sin jugar ni cobrar su sueldo, en un constante toma y daca entre el jugador y la organización de la liga.

La infancia y juventud de Abdul-Rauf estuvo marcada por la presencia en su vida diaria del Síndrome de Tourette, caracterizado por múltiples tics, tanto a nivel locomotor como verbal, enfermedad que convierte a actividades tan simples y habituales como atarse los cordones en una odisea. Más allá de perjudicarle, esta dolencia desarrolló en Abdul-Rauf una férrea disciplina y un perfeccionismo que le llevaba a lanzar a canasta impulsivamente. No le valía solo anotar. Tenía que anotar de manera limpia, que el balón apenas rozara la red al traspasarla. Lo que se vaticinaba como un handicap insalvable se convirtió en una bendición para Mahmoud, como el mismo reconoció.

Esta constancia y afán por elevar la perfección a su máximo exponente convirtieron a un adolescente Abdul-Rauf en un talento conocido a nivel nacional. En el High School mostró una soberbia capacidad ofensiva y una determinación, explosividad y regularidad que le llevaron a ser elegido durante sus dos últimas temporadas en el instituto como Jugador del Año de Mississipi. Pero ésto solo fue una pequeña muestra de lo que le esperaría en la universidad, optando por hacer las maletas rumbo a Louisiana.

El impacto de Abdul-Rauf con los Tigers de Louisiana fue espectacular desde el primer momento. Ya en su quinto partido sumó la friolera de 55 puntos contra Florida, en una primera temporada en la que promedió 30.2 puntos, lo que le llevó a ser nombrado All-American y a ser considerado uno de los mejores rookies de la historia de la NCAA junto a Oscar Robertson y Pete Maravich.

La siguiente temporada fue igual de impactante, repitiendo como All-American tras promediar 27.8 puntos por partido junto a un Shaquille O'Neal que comenzaba a forjar su leyenda en el baloncesto norteamericano. A pesar de la dominante dupla que formaron, Mahmoud abandonó la NCAA tras la conclusión de la temporada y sin poder liderar a Louisiana al título universitario. Llegaba la hora de la verdad. El salto a la NBA.

El base fue elegido en la tercera posición del Draft de 1990 por unos Denver Nuggets en reconstrucción que habían dejado atrás a Fat Lever y Alex English, sus dos estrellas hasta la temporada anterior. La campaña no fue nada mal para un Abdul-Rauf que concluyó el año con su inclusión en el Segundo Quinteto de Rookies tras firmar 14.1 puntos en 22.1 minutos, aunque la franquicia de Colorado concluyó el curso con el peor récord de la liga, 20-62.

En su segunda campaña en la liga, la importancia y los números del jugador disminuyeron hasta los 10.3 puntos por encuentro, aunque su soberbio 95.6% de efectividad desde el tiro libre supuso el segundo mejor registro en la historia de la NBA tras el de Calvin Murphy, superado en 2009 por José Manuel Calderón y su espectacular 98.1% de acierto (151 lanzamientos anotados de 154 intentos). Sin embargo, una temporada después llegaría su momento, el de su explosión y asentamiento en la liga.

En la temporada 1992-93, Abdul-Rauf dio un golpe sobre la mesa y se hizo con la titularidad en el puesto de base. Con un juego eléctrico, un ansia impulsiva por anotar y una sonrisa en la cara que reflejaba su magnífico estado de forma, el jugador concluyó la temporada con unos números que ascendieron hasta los 19.2 puntos y 4.2 asistencias por encuentro y el premio al Jugador Más Mejorado bajo el brazo.

Este premio, por otro lado, marcó el ocaso de su relación con la NBA. En el mes de julio de ese mismo año, Chris Jackson dio paso definitivo en su transformación en Mahmoud Abdul-Rauf y comenzaron los problemas con la organización ante su negativa de hacer acto de presencia durante el himno americano previo a los partidos, alegando la tiranía y opresión que desprende la bandera de Estados Unidos. No obstante, sus dos primeras temporadas bajo su nuevo calificativo nominal navegaron en aguas tranquilas y los Nuggets alcanzaron, por fin, los Playoffs bajo el liderato del base y de sus 18.0 y 16.0 puntos, respectivamente, por encuentro, cayendo eliminados en Semifinales de Conferencia por Utah en primera instancia, y por San Antonio en primera ronda, un año después.

Entre vítores, éxito y estrellato, aterrizó la temporada 1995-96, la que marcó un antes y un después en su carrera. Aunque a nivel estadístico y de juego fue el mejor año de su carrera (19.2 puntos y 6.8 asistencias) tras alcanzar su madurez en la cancha, sus problemas a consecuencia de su ideología religiosa se volvieron insostenibles. Los aficionados comenzaron a preguntarse por qué Abdul-Rauf no comparecía durante el himno americano previo al partido. Ante la oleada de llamadas a los medios de comunicación, el base se vio obligado a comparecer ante los aficionados y explicar sus motivos.

Ante esta situación, la postura de la NBA fue clara: quién no está presente en el momento del himno, no juega y no cobra. Por su parte, el jugador se mantenía inamovible en sus creencias. La controversia y la polémica estaban servidas. Durante los primeros meses de competición, Mahmoud se quedaba en los vestuarios durante la interpretación del himno, pero su franquicia no podía esconder ni mantener más la situación. Tras un partido de suspensión, que le costó 30.000 dólares de salario, el jugador cedió pero, por azares e infortunios de la vida, como si sus propias creencias se hubieran vuelto en su contra por no mantener firme su postura, el jugador cayó lesionado perdiéndose el resto de la temporada.

Tras ello, su relación con la franquicia quedó herida de muerte a causa de sus problemas con la organización, por lo que fue traspasado en verano a los Kings a cambio de Sarunas Marciulionis y una segunda ronda del draft. En Sacramento no pudo mantener el nivel exhibido en Denver, cayendo hasta los 13.7 puntos por encuentro, con la franquicia de California firmando una gris temporada con 34 victorias y sin poder disputar los Playoffs.

Su decadencia se prolongó un año más. Unos problemas en el ojo le mantuvieron apartado de las canchas durante 51 partidos, en los que firmó unos pobres 7.3 puntos por encuentro, lo que le llevó a hacer las maletas rumbo a Europa aprovechando el lock-out de la NBA de la temporada 1998-99. Su bagaje al otro lado del charco se cerró en cinco partidos en el Fenerbahçe turco, el cual abandonó por problemas con el entrenador, tras lo cual decidió tomarse dos años de descanso alejado de las canchas de baloncesto. Era tiempo de pensar y recuperar antiguas sensaciones.

En el año 2000 recibió la llamada de los Vancouver Grizzlies, quienes encontraron en Abdul-Rauf el perfil de veterano necesario para complementar a un equipo que apenas contaba con cinco años de vida en la competición. Como mentor de los jóvenes de la plantilla, el base promedió 6.5 puntos y 1.9 asistencias en la que fue su última temporada en la NBA. Pero su amor por el baloncesto, deporte que tantos momentos de gloria le había dado y que le había ayudado a convertir su enfermedad en una virtud, seguía latente, así que buscó quitarse una espina que se le había clavado dos años antes: triunfar en Europa.

En su segunda odisea europea, Abdul-Rauf tuvo mucha más suerte que en la anterior a pesar de recalar en conjuntos sin un gran nombre. En Rusia, lideró al Ural Great a ganar la Copa rusa en 2004. Posteriormente jugaría en las filas del humilde Roseto italiano, equipo donde promedió 18.7 puntos por encuentro para liderar a los Playoffs por el título a un equipo cuyas aspiraciones pasaban por eludir el descenso, a pesar de caer en primera ronda ante el Climamio de Bolonia. En Europa, jugaría un año más en las filas del Aris griego, antes de probar suerte y quemar sus últimos cartuchos en Arabia Saudí y Japón, donde puso punto y final a su carrera a los 42 años.

En sus nueve años en la NBA, Mahmoud Abdul-Rauf promedió 14.6 puntos y 3.5 asistencias en un total de 586 partidos de temporada regular.