Ya ha pasado más de un año y medio desde el encontronazo que terminó con la amistad entre Matt Barnes y Derek Fisher por la ex mujer del primero, Gloria Govan, y aunque la herida se haya cerrado más o menos de forma pacífica, los aficionados no son ajenos a toda esta historia y será muy difícil que algún día lleguen a olvidarla antes de que el ahora jugador de los Golden State Warriors ponga punto y final a su carrera NBA.
En declaraciones para Sporting News, el alero de 37 años confiesa que está cansado de escuchar los mismos cánticos de los aficionados a cualquier pabellón que visita.
"Dónde quiera que vaya todavía sigo escuchando los cantos sobre Fisher. Estoy harto de ellos. Puedo oír un montón de insultos en las gradas pero si le digo algo a alguien me multará la NBA"
El veterano de los Warriors cree que se ha convertido en un blanco fácil para el desprecio de la gente tanto dentro como fuera de la cancha.
"He hecho algunas cosas que lamento, y desde entonces cualquier cosa que hago se convierte en noticia. Todos están esperando que falle para recordarme lo que hice. Tengo la reputación de un huevo podrido"
Sin embargo, Barnes es consciente de que el destino le ha abierto una puerta en medio de la interminable tormenta, que es la de su nuevo equipo.
"No voy a estropear esta oportunidad que la vida me ha dado. Hay mucha mierda fuera de la cancha y sé que es parte del juego, pero puedo soportarlo"