
Es muy complicado para un vestuario concentrarse en ganar partidos cuando saben que el presidente quiere deshacerse del mejor jugador del equipo, un conflicto que inevitablemente genera tensiones y sensaciones negativas entre el resto de jugadores y cuerpo técnico, lo que perjudica a la química del equipo.
Eso es lo que le ha ocurrido a los New York Knicks con Carmelo Anthony y Phil Jackson, que después de comenzar la temporada con un balance de 14 victorias en los primeros 24 partidos, el colapso posterior ha dejado un desolador 16-39 en el resto de lo que llevamos de temporada, para situarse ahora mismo en la 12º posición de la clasificación en el Este, sin ninguna opción de clasificarse para los Playoffs por cuarta temporada consecutiva.
Brandon Jennings, quien llegó a los Knicks en verano con esperanzas de convertirse en el Sexto Hombre del Año, acabó siendo cortado en febrero y repescado por los Washington Wizards, donde podrá jugar Playoffs. El base de 27 años ha remarcado en declaraciones a ESPN el mal ambiente que dejó en el vestuario de los Knicks los rumores de traspaso que rodeaban a Anthony, quien en cualquier caso puede vetar su propio traspaso.
"Creo que nos costó mucho. Todo se reducía a qué iba a hacer Carmelo con su futuro. Lo que ocurría es que el baloncesto empezó a ser algo secundario y eso nos hizo mucho daño. Fue como una montaña rusa emocional para él y no es justo que haya tenido que lidiar con un montón de presiones que no tienen que ver con el juego. Todo el mundo le llamaba por teléfono."