David Griffin, el hombre que ha reconstruido NOLA

Dos proyectos ganadores, o al menos hechos para ello y uno sin suerte. El primero fue el de Phoenix Suns durante los años dorados de Steve Nash (dos veces MVP), un lugar donde acumularon un talento increíble pero no se tradujo en resultados, más tarde, trajo todos los ingredientes para formar un equipo ideal que trajo el anillo por primera vez a Cleveland Cavaliers junto a LeBron James. Ese hombre es el que ahora se está haciendo cargo de los New Orleans Pelicans, David Griffin.

La franquicia de Luisiana tocó fondo en 2015 cuando muchos de sus jugadores se lesionaron y vieron como el proyecto tan ilusionante que habían preparado se desvanecía. Desde entonces y tras la intención de Anthony Davis de abandonar el equipo de su ciudad natal, desencadenó en que Griffin llegase. La salida del ala-pívot era casi inevitable pero eso trajo consigo la llegada de talentos como el de Lonzo Ball, Brandon Ingram, Josh Hart, un veterano como Derrick Favors, la permanencia de jugadores importantes como Jrue Holiday o la irrupción del número 1 del Draft, Zion Williamson, aunque los pies están sobre la tierra.

"No es el mundo de Zion", destacó el ejecutivo. "No es Superman y aunque es bueno, no va a venir a salvar a la franquicia." Cada casa al fin y al cabo tiene sus normas. La idea es crear una pequeña familia, desde el vestuario hasta la directiva, pasando por el cuerpo técnico y no va a temblarle el pulso con tal de darle una identidad a los Pelicans. "Vamos a transmitir buena energía que atraerá a muchos, a los adecuados, no a todos pero si a buenas estrellas que quieran estar con nosotros", comentó.

El experimento lo tiene todo para poder crecer dentro de unos años pero con unos jugadores que incluso van a tener impacto inmediato y que se adaptan a la idea de un entrenador con una propuesta de juego alegre y que va a enamorar también a muchos aficionados. "Alejarme de lo que sucedió en Cleveland tras conseguir el éxito me hizo descubrir realmente quien soy," dijo determinante, consciente del rumbo a tomar y de las fisuras que no deben existir. "Ahora sé de verdad como soy, quien debo ser como líder y el tipo de líder que tengo que ser".