
Klay Thompson se lesionó en el pasado mes de junio del ligamento cruzado anterior de su rodilla mientras disputaba con Golden State Warriors las Finales de la NBA (que terminaron perdiendo en seis partidos contra los Toronto Raptors de Kyle Lowry, Marc Gasol y Pascal Siakam).
Desde entonces, el jugador de la franquicia de San Francisco ha estado en una constante rehabilitación para poder volver a jugar con normalidad con el equipo que le drafteó hace ya nueve años (2011). Hace dos meses, los propios Warriors confirmaron la noticia de que se descartaba el regreso de Thompson para disputar la recta final de la temporada, todo ello antes de saber que el coronavirus iba a paralizar el mundo.
Sin embargo, en este momento, ante la incertidumbre de saber qué decidirá la NBA respecto a si reanuda la competición o no (suspendida de forma indefinida desde el 12 de marzo tras el positivo en COVID-19 de Rudy Gobert), es posible que Golden State pueda recuperar a su jugador para disputar los últimos encuentros de temporada regular.
Y ya que hablamos de Klay Thompson, hablemos de mi punto favorito de su carrera:
Juego 6 de las finales del 2019, con el tendón de aquiles roto, Klay vuelve para lanzar los libres que tenía pendientes, y los encesta.
Piel de gallina. Heróico.
pic.twitter.com/eo5b8dkoZH
Los Warriors, últimos en la clasificación de la Conferencia Oeste con un récord de 15 victorias y 20 derrotas, ya no tienen posibilidades de disputar los playoffs de la liga. El regreso de Klay Thompson serviría al jugar para empezar a acumular minutos después de más de un año sin saber lo que es jugar un partido.
El dilema se encuentra en si GSW considera arriesgada esta idea. Pero, teniendo en cuenta de que si la competición sigue adelante para finalizar la actual campaña no habrá prácticamente tiempo para una hipotética pretemporada, las opciones de la franquicia de San Francisco se reducen al máximo.