Kobe Bryant, un año sin la leyenda

La oleada de acontecimientos apocalípticos que se desató en 2020 no puede hacer olvidar esa sensación de vacío, ese vértigo incontrolable y negación de la realidad que todo amante del baloncesto experimentó cuando supo del accidente de Kobe Bryant. Todos recordarán el contexto en que recibieron la fatídica e increíble noticia: el legendario jugador de Los Angeles Lakers había tenido un accidente, su helicóptero había caído. Apenas hubo tiempo para la esperanza; la mente quiso engañarse a sí mismo, todos nos dijimos que seguro que estaría bien, que quizá fuera un error, que no era posible que se fuera antes de tiempo un hombre destinado a perpetuarse en la gloria del imaginorio colectivo mundial.

Y es que la figura de Kobe va mucho más allá del baloncesto. No solo es uno de los mejores jugadores de baloncesto de la historia, sino una de las personas más influyentes en la historia reciente del deporte. Devolvió el orgullo y la esperanza a toda una ciudad, vistió con fidelidad y entrega espartana la camiseta púrpura y oro, y se convirtió en el hijo pródigo de la franquicia más laureada de la historia. Cinco anillos encumbran su figura, pero no alcanzan para explicar la devoción que todos los amantes de este deporte mostraron a Kobe tras su fallecimiento. Resulta obvio que hubo borrones en su vida personal, temporadas negativas en lo deportivo, pero siempre mantuvo su entrega absoluta en la cancha.

Las muestras de respeto y cariño que se agolparon en los alrededores del Staples Center tras su fallecimiento, la devoción de todo el mundo del deporte y las claras muestras de amistad verdaderas de muchas figuras, son la demostración clara de hasta dónde llegó Kobe con su baloncesto. Ganador de un Óscar con ese corto que emocionó al mundo y que constituye ahora su despedida anticipada, su marcha supuso un punto de inflexión. Quizá no hayan sido cinco, sino seis los anillos ganadores. Y es que el título de Los Angeles Lakers la pasada campaña constituyó el homenaje necesario, pero también la obra póstuma de un hombre que confió siempre en Lebron James para que devolviera a su equipo a la gloria.

Kobe Bryant falleció a los 41 años de edad, pero su legado sigue muy vivo

El mundo ha cambiado mucho desde la muerte de Kobe Bryant, el baloncesto ha vivido momentos inolvidables en lo deportivo y surrealistas en el contexto en que se produjeron, pero pase lo que pase, siempre perdurará en la memoria colectiva que una vez, hubo un hombre capaz de hacer del baloncesto un arte, capaz de competir con honor en cualquier circunstancia y, sobre todo, capaz de emocionar a millones de personas con su juego. La vida nos arrancó demasiado pronto a Kobe, pero su legado perdurará eternamente.