A los genios no se tiene por qué perdonar todo y desde Atlanta Hawks están un poco hartos de la actitud de Trae Young. Lo suficiente como para no esconder graves problemas disciplinarios y de comunicación entre su gran estrella y la franquicia, con Nate McMillan al frente. Hay que ser muy valiente para, estando en la lucha por la zona noble de la tabla, salir a rueda de prensa y desvelar públicamente que Young se perdió un encuentro por problemas de comportamiento, sin dar ninguna explicación más.
El problema es más grave de lo que parece porque no es un hecho aislado que pueda resolverse en poco tiempo, sino que responde a meses de mucha tensión acumulada y de una notable decepción por parte de los Hawks con su jugador. Ya el pasado año se le reprochó su falta de compromiso en cuanto vinieron mal dadas y se percibe a Trae como un jugador incapaz de erigirse en un líder vocal y espiritual en el vestuario, que no predica con el ejemplo en cuanto a profesionalismo y que puede generar malas dinámicas.
Trae Young no está satisfecho con las dinámicas de juego tras la llegada de Murray
La llegada de Dejounte Murray ha cambiado dinámicas de juego y hace al equipo mucho más dependiente de Trae Young, obligando al base a salir de su zona de confort. No parece del todo cómodo con su nuevo rol y se siente desprotegido ante sus tiranteces con McMillan. Además. la gerencia del equipo se ha posicionado claramente del lado del entrenador, lo cual podría derivar a corto plazo en problemas deportivos e, incluso, en una solicitud de traspaso.