
Cuando se está inmerso en una dinámica negativa, las posibilidades de que todo salga mal se multiplican, como si hubiera fuerzas ocultas que impulsaran esas tendencias. Denver Nuggets arrancó la temporada con serias dudas acerca de la posibilidad de ganar un anillo con esta plantilla y tras un inicio titubeante, asiste a la lesión grave de Aaron Gordon, un puntal clave en su devenir.
Después de saberse que estará varias semanas de baja, la gran pregunta para Denver Nuggets es cómo solventar la ausencia de uno de los jugadores que mantenía, a duras penas, el complicado equilibrio de la plantilla. Faltan muchas cosas en los campeones de hace dos temporadas como para verse ahora despojados de su columna vertebral. Tendrán que confiar en que Braun, Watson y Strawther rindan a buen nivel y, al menos, traten de paliar el impacto defensivo que tendrá la baja de Aaaron Gordon.
En los próximos días, Denver Nuggets recibirá a tres rivales de máxima exigencia, como son los Thunder, los Heat y los Mavs. Parece lógico pensar que pueden perder los tres encuentros, provocando un caos en la plantilla y gerencia que haga plantearse traspasos para reconducir la situación. Jokic no puede tapar todos los agujeros en un barco repleto de fugas de agua por la mala gestión de sus capitanes. Se necesita un milagro para salir indemne de estas semanas sin Aaron Gordon.