Al Horford: "No fue fácil dejar Boston, pero si había un lugar al que venir, eran los Warriors"

Para Al Horford, la decisión de dejar a los Boston Celtics no resultó sencilla tras haber pasado allí siete de las últimas nueve temporadas, con el recuerdo todavía fresco del título de la NBA conquistado en 2024, el primero de su carrera en 18 años en la liga.

Sin embargo, al analizar su futuro este verano, dos cosas estaban claras: no se retiraría y, en caso de salir de Boston, la opción de unirse a los Golden State Warriors era la elección más evidente.

"Es una gran oportunidad para competir y ganar al más alto nivel", aseguró Horford durante su presentación en el Chase Center. "Cuando pienso en los Warriors, pienso en Steph [Curry], en Draymond [Green], en Steve Kerr y en ver aquí a Jimmy Butler. Lo que hizo en la segunda mitad de la temporada pasada tras el traspaso y cómo están jugando. No fue una decisión fácil dejar Boston, pero si había un lugar, era este, y tuve la oportunidad, así que la aproveché".

El escenario de una salida de Boston parecía impensable cuando terminó la temporada regular en abril. Horford estaba plenamente integrado en la franquicia, querido por los aficionados y por la organización, con su familia muy presente en el día a día del equipo. La única duda era cuánto tiempo más prolongaría una carrera con tintes de Salón de la Fama.

Todo cambió cuando Jayson Tatum sufrió la rotura del tendón de Aquiles derecho en el cuarto partido de las semifinales de la Conferencia Este contra los New York Knicks. Con la estrella fuera prácticamente de toda la campaña 2025-26, la directiva de Boston tomó un rumbo diferente: Jrue Holiday y Kristaps Porzingis fueron traspasados, mientras que Horford y Luke Kornet se marcharon como agentes libres. La necesidad de reajustar las finanzas precipitó una reconstrucción completa de un equipo que había dominado el Este durante años.

En ese contexto, la posibilidad de que Horford cambiara de rumbo se volvió real. Y la llegada a los Warriors encajaba de forma natural: un jugador capaz de aportar solidez defensiva, abrir la cancha y conectar el juego ofensivo junto a Curry, Green y Butler dentro del sistema de lectura y reacción de Steve Kerr.

"No solo es importante tener un pívot abierto, sino que no es cualquier pívot abierto: es Al Horford", señaló Kerr. "Rebotea, defiende, es inteligente, pasa bien… solo con verlo hoy se nota lo bien que encaja, lo natural que es. Puede jugar con Draymond, abrir la cancha como 5, combinarse con Trayce [Jackson-Davis] para que él sea el hombre de continuación y formar una pareja interior, o jugar él mismo como pívot y desplegar un quinteto abierto. Su versatilidad y la manera en que encaja en cualquier alineación lo hacen muy valioso desde el primer momento".

Esa misma polivalencia fue lo que le convirtió en pieza clave de los Celtics en los últimos años, incluso ya en la recta final de su carrera. Boston siempre fue cuidadoso con sus minutos, evitando que disputara partidos en noches consecutivas para controlar el desgaste. Tanto Horford como Kerr evitaron pronunciarse de forma concreta sobre si esa política se mantendrá, apuntando que será el equipo médico quien lo evalúe durante la temporada.

El contrato de Horford

El contrato firmado por Horford, un acuerdo por dos temporadas a razón de 5,7 millones con opción de jugador para la segunda, se oficializó tras resolverse la situación contractual de Jonathan Kuminga, cuya agencia restringida había bloqueado otras operaciones de los Warriors. Una vez renovado Kuminga, se cerraron también los fichajes de Horford, De'Anthony Melton y otros refuerzos.

"Fue un verano muy raro, con mucha espera y viendo qué iba a pasar, qué se iba a decidir", reconoció Horford. "Mi enfoque estuvo en el entrenamiento, en prepararme y en asegurarme de estar en la mejor condición posible para cuando comenzara la temporada".