
Los Knicks arrancan la temporada 2025/26 con la etiqueta de ser uno de los dos equipos más poderosos del Este. Sin embargo, Jalen Brunson no quiere que esa percepción externa se traduzca en confianza excesiva dentro del vestuario. En una entrevista concedida a Games Hub, el base dejó claro que el camino hacia la élite hay que recorrerlo de nuevo, paso a paso.
“Espero que no tengamos la mentalidad de pensar que automáticamente vamos a volver a las Finales de Conferencia. Necesitamos atravesar otra vez este proceso, seguir mejorando y pelear para superar ese obstáculo”, señaló Brunson.
Nueva York mantiene la base del grupo que se quedó a solo dos victorias de alcanzar las Finales de la NBA el curso pasado. La gerencia ha apostado por reforzar la profundidad del banquillo con nombres de peso como Jordan Clarkson y Guerschon Yabusele, además de otras piezas que se jugarán un lugar en el training camp. A ello se suma un cambio significativo en el banquillo: la llegada de Mike Brown en reemplazo de Tom Thibodeau. El nuevo técnico es reconocido por su capacidad de rotar y confiar más en la segunda unidad, un ajuste que podría ser decisivo en una larga temporada.
Brunson valora el trabajo de la directiva y, sobre todo, la cohesión del grupo como motores principales del crecimiento. “Creo que hemos ido dando pasos firmes cada año. Lo mejor de este equipo es la química que hemos construido. Mucha gente nos dice que necesitamos experiencia, y esto es justamente eso: vivir las pruebas y tribulaciones de ser un buen equipo. Debemos continuar y ver cómo podemos superar el siguiente obstáculo”, expresó.
El base fue contundente: el éxito no dependerá de un único fichaje ni de un ajuste aislado. “Va a requerir de todos nosotros. No será cuestión de un cambio pequeño, sino de que todos pongamos todo a un lado y tiremos juntos en la misma dirección”.
La importancia de Towns en el nuevo proyecto
Brunson también tuvo palabras de elogio para Karl-Anthony Towns, cuya llegada el pasado año transformó la ofensiva neoyorquina. El pívot dominicano-estadounidense brilló hasta ser incluido en el tercer equipo All-NBA, y ahora encara su segunda campaña en el Madison Square Garden sin la curva de adaptación que implicó su traspaso desde Minnesota.
“Ha sido muy divertido tenerlo como compañero”, destacó Brunson. “Se pasa por alto lo buen compañero que es. Más allá de lo que hace en la cancha, lo que aporta en el vestuario es especial. No se le puede comparar: lanza con una facilidad tremenda, puede crear juego y tiene un gran toque cerca del aro. Ha tomado estilos de distintos jugadores y los ha convertido en algo propio”.