La bronca en Oklahoma por la eliminación de los playoffs aún continúa. Ya sea porque este año los Thunder pensaban plantarse en Finales de Conferencia, porque fueron superados ante unos Blazers con bajas o porque despilfarraron una ventaja clave en el quinto juego, lo cierto es que motivos de enojo sobran.
Muy molesto se mostró Paul George sobre la última jugada, donde fue el principal espectador del triple imposible que anotó Damian Lillard. Siendo PG el defensor del base en la acción, el alero se defendió diciendo que “fue un mal tiro” y que “no me importa lo que diga la gente. Lo metió, por lo que esta historia no será contada como la de un mal lanzamiento y viviremos con ello”.
La selección de tiro de Lillard fue inesperada para propios y extraños y puede que George tenga algo de razón, ya que si lo hubiese fallado nadie podría defender que para definir un encuentro un jugador se lance un triple a diez metros con un defensor muy bueno como PG enfrente y sin tiempo restante en el reloj.
Sin embargo, Lillard ha sido de los mejores lanzadores de la NBA a esa distancia y la confianza que se tenía fueron más importantes a la hora de lanzar ese triple que terminó siendo el game winner y la sentencia de la serie. En cualquier otro jugador, probablemente sea un mal tiro. Pero conociendo a Damian Lillard y tras 50 puntos anotados en el partido, quizás no haya sido tan malo.