La revolución de Domantas que hace honor a su apellido

A sus 23 años, el pívot de los Pacers sigue progresando a marchas forzadas y promete alcanzar cotas de éxito inimaginables hace años en él.

Diego Jiménez Rubio | 26 Feb 2020 | 16:33
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Domantas Sabonis construye su camino. Foto: gettyimages
Domantas Sabonis construye su camino. Foto: gettyimages

Parece que fuera ayer cuando Arvydas Sabonis se embarcó en la aventura de la NBA y mientras militaba en la filas de Portland Trail Blazers posaba con su familia en una típica casa estadounidense. Allí nació Domantas Sabonis y desde que diera sus primeros pasos se percibió algo peculiar en él. Tanto es así que el propio Arvydas pronosticó que si alguno de sus hijos seguía sus pasos en el baloncesto sería él, por su tenacidad y el hecho de ser zurdo. Años después, la profecía empezaba a cumplirse cuando aparecía un joven desgarbado con melena rubia en Málaga. Todo empezó ahí. Consciente de la presión que podría suponer para él jugar en Zalgiris Kaunas, el legendario pívot del baloncesto mundial recomendó a su Domantas que se fuera a una reputada factoría de talentos donde poder pulir todo su potencial.

Allí se convirtió en el jugador más joven de la historia del club en debutar en la ACB y llegó a competir en Euroliga apenas habiendo superado la mayoría de edad, alternando su presencia con el equipo juvenil. Pero si algo marca la trayectoria de Domantas es su convencimiento, y el de su entorno, de que su camino debía conducirle de nuevo a Estados Unidos. Su sueño siempre fue jugar en la NBA y destacar en esa competición en la que su padre no pudo llegar en las mejores condiciones ni plasmar plenamente todo su talento. Así, no firmó ningún contrato profesional con Unicaja y se marchó a la Universidad de Gonzaga, donde destacó en las dos temporadas que estuvo allí.

Su apellido y el hecho de haber destacado en la NCAA le permitió ser elegido en el undécimo lugar del draft del 2016. Desde ese momento, todo ha sido una mejora continua. Domantas no era el más rápido, no tenía un lanzamiento letal, carecía de una notable capacidad de salto y no era un especialista en jugar de espaldas al poste bajo. Pocos años después, ha sido elegido como All Star y es uno de los baloncestistas más completos del planeta. Habilidad natural para rebotear, mano prodigiosa con su zurda, capacidad para abrir el campo sin renunciar a la batalla en la pintura, uno de los pívots que mejor bloquea y, en definitiva, un trabajador nato que se ha labrado un camino del que no se atisba final ni límite.

Para muchos románticos todavía puede sonar a ofensa dejar entrever que Domantas Sabonis pudiera convertirse en un jugador más importante que su propio padre. Son palabras mayores, pero la capacidad de progresión que ha tenido en sus primeras temporadas y el enorme espíritu competitivo que demuestra, hacen pensar que es factible. Ha encontrado en Indiana Pacers su hábitat natural y parece tener una sintonía especial con los aficionados. Disputará playoffs una temporada y tratará de seguir elevando sus números para dar la oportunidad a los de Indianápolis de competir con entereza. Está promediando 18.3 puntos y 12.5 rebotes en los 34.5 minutos que juega de media, aunque si algo hay que destacar es su eficacia en el lanzamiento, con un 54% de acierto, y una habilidad para generar juego desde el poste que viene implícita en su apellido, promediando 4.9 asistencias.