Christian Laettner, el compañero más peculiar de Jordan

Compartió vestuario en dos equipos con Michael Jordan y narra su curiosa relación con él en circunstancias muy particulares y únicas.

Diego Jiménez Rubio | 16 Jun 2020 | 18:45
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Christian Laettner, un compañero peculiar de Jordan. Foto: gettyimages
Christian Laettner, un compañero peculiar de Jordan. Foto: gettyimages

Pocos jugadores en el mundo pueden presumir de haber estado con dos equipos diferentes junto a Michael Jordan. El mítico de los Bulls solo abandonó la disciplina de su franquicia de sus amores para retirarse, aunque luego retornó a la NBA de la mano de Washington Wizards. Fue ahí donde se reencontró con un viejo conocido, aunque no de Chicago, sino del mejor equipo jamás visto en la faz de la Tierra: el Dream Team 92.

Además de la pléyade de estrellas que elevaron el baloncesto a un estatus superior en la cita olímpica de Barcelona, en ese conjunto estaba un joven universitario que prometía tener un futuro esplendoroso: Christian Laettner. No debió de ser fácil para un chico joven, blanco, no muy agresivo en el juego y procedente de la Universidad de Duke, ganarse un respeto entre aquellos gigantes deportivos y mediáticos. Su inclusión en el equipo fue motivo de polémica ya que se le seleccionó por delante de Shaquille O´Neal, cuya proyección parecía mucho más notable ya en esos tiempos y fueron muchos los que señalaron un motivo racial en ello.

Identificado como un niño pijo y malcriado, esa fama le costó cara en su etapa en la NBA, donde nunca terminó de despegar. Comenzó su andadura en Minnesota Timberwolves, donde consiguió ser uno de los miembros del mejor equipo de rookies, pero la soberbia y su capacidad de intimidar a compañeros le costó muy cara con un entrenador, Syney Lowe, que no toleraba esos comportamientos. Vivió su mejor temporada formando dupla bajo el tablero con Mutombo, en la 1996/97 en Atlanta Hawks, llegando a ser All Star al promediar 18.1 puntos y 8.8 rebotes, pero fue diluyéndose poco a poco sin ser capaz de encontrar su nivel.

¿Cómo fue la relación de un chico pijo, procedente de un ambiente distinguido y que disfrutaba amedretando a jóvenes compañeros, con Michael Jordan? Es la gran pregunta. "Fue una locura formar parte del Dream Team. Estaba jugando con tipos a los que había admirado cuando era niño, así fue algo que nunca olvidaré", desvela un Laettner que gozó de minutos de la basura en la aventura olímpica, promediando 4,8 puntos y 2,5 rebotes por partido, en los ocho en los que llegó a disputar minutos.

"Me sorprendieron muchísimo desde el primer entrenamiento porque me di cuenta de que no eran estrellitas, sino que habían ido allí a trabajar duro y competir. Ellos me trataron bien, consideraban que debía hacer todas las tareas propias de un rookie. Hacerles la colada, llevarles bebidas... Yo lo acepté sin problema y desde ese momento me trataron bien, se dieron cuenta de que yo iba con humildad allí y a aprender", desvela Christian.

Cuestionado acerca de la ambición de ese equipo, llama la atención cómo se expresa. "En esos tiempos se hablaba mucho de la eclosión del baloncesto europeo, así que las estrellas de la NBA fueron allí a demostrar que EEUU era mucho mejor que cualquiera. En el vestuario, antes de los partidos, nos poníamos retos y decíamos que teníamos que ganar de más de 40 o 50 puntos", señala un Laettner que tuvo el honor de jugar uno contra uno ante casi todos los miembros del equipo.

"Magic siempre estaba atendiendo a la prensa, con él no pude hacerlo por eso. Recuerdo bien los duelos con Larry y Magic, pero no gané a ninguno", aseveró un hombre que sí venció a Jordan en otro deporte, tal y como se narra en nba.com. "Había una fiebre por el tenis de mesa en el Dream Team y recuerdo que gané a Michael la primera vez que jugamos. Le dio tanta rabia que encargó una mesa para su habitación y se entrenaba durante horas, pero cuando volvió a retarme, gané yo de nuevo. No le gustó nada aquello", dijo.

Volvieron a coincidir en Washington Wizards en la temporada 2001/2002, con Michael Jordan exprimiendo sus últimas dosis de baloncesto y un Christian Laettner totalmente estancado en su proyección y que ya por aquel entonces ocupaba un rol de jugador de banquillo, promediando 7,1 puntos y 5,3 rebotes. Debió de ser curioso ver reencontrarse a estos dos jugadores en unas circunstancias tan dispares respecto a la primera vez que compartieron vestuario. Sin duda alguna, una historia peculiar la relación entre estos dos hombres.