Pascal Siakam, de estudiar para ser cura a estrella de la NBA

El jugador camerunés tiene gran historia detrás que merece ser contada y que nos hace darnos cuenta de los sacrificios que realizan las estrellas de la NBA

Jorge Fernández | 28 Jul 2020 | 20:00
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Paskal Siakam, en una imagen de esta temporada
Paskal Siakam, en una imagen de esta temporada

La vida de los jugadores de la NBA no ha siempre de color de rosas. Si contábamos unos días atrás las historias de superación de Steve Adams y Clint Capela, la de Pascal Siakam no se queda atrás. En 2014, el padre del jugador de los Raptors murió y este se puso un objetivo: jugar en la NBA.

Su progenitor tenía ese sueño, que uno de sus vástagos llegara algún día a jugar en la mejor liga del mundo y Siakam se puso como objetivo lograrlo costara lo que costara. La dedicación y el trabajo que ponía merecieron la pena, pero tuvo que sufrir mucho para llegar a donde está.

Pascal no estuvo solo en esta carrera de fondo por lograr su sueño, su hermano Christian no le dejó solo en ningún momento. Le acompañaba en sus escapadas nocturnas para jugar en las instalaciones de los Raptors, al poco de ser drafteado y, además, cuando necesitaba relajarse un poco y pensar en algo que no fuera baloncesto también estaba ahí.

Un apasionado al fútbol que estuvo cerca de ser cura

El jugador de los Raptors nació en Douala, Camerún, el 2 de abril de 1994. Era uno de los 6 hijos del alcalde de Makenene, llamado Tchamo. Este hombre siempre quiso que sus hijos salieran del país africano para tener una vida mejor, pero como muchos niños de su país, Pascal era un gran aficionado al fútbol y su ídolo era Samuel Eto’o.

Sus hermanos mayores se fueron a Estados Unidos para jugar al baloncesto en la NCAA, mientras que Tchamo, que así se llama el padre del camerunés, quería que su hijo menor cursara estudios religiosos y se convirtiera en sacerdote, por lo que le envío a estudiar a un estricto seminario.

Conoció a Mbah a Moute y su vida cambió

A pesar de odiar profundamente el seminario, las notas del joven Pascal eran excelentes y era elogiado continuamente por sus profesores. En el año 2011 participó en un campus organizado por Luc Mbah a Moute, actual jugador de los Rockets, y este se quedó impresionado con las capacidades que tenía el joven Siakam, por lo que le invitó a participar en otro evento que se organizó un año más tardes en Sudáfrica.

A pesar de que el campeón de la NBA no quería ir porque el baloncesto no le apasionaba, se enteró de que una hermana suya estaría allí, por lo que acudió para reencontrarse con ella. Ese año también conoció a Ibaka y a Luol Deng, lo que le hizo interesarse de verdad por el baloncesto.

Era un jugador que destacaba tremendamente en el aspecto físico, pero sus habilidades para jugar al deporte de la canasta no eran muy visibles. Sin embargo, esto no iba a conseguir derrotarle. Se esforzó por ser mejor y tras la llamada en la que le avisaron de la muerte de su padre, tuvo claro que el sueño de jugar en la NBA no se le iba a escapar.

Luchó con toda su alma y una lesión de un compañero le abrió las puertas a jugar con la Universidad de Nuevo Mexico. En su segundo año logró más de 20 puntos y 12 rebotes de media y se dio cuenta de que estaba preparado para dar el salto a la NBA. Los Raptors le eligieron en la posición número 27 del Draft de 2016 y desde entonces no ha parado de mejorar.

La compañía de su hermano Christian siempre ha supuesto un gran apoyo para él y de jugar en la G League y hacer breves apariciones en la NBA, ha pasado a jugar el All-Star y ser la estrella del actual campeón de la NBA. Un ejemplo de que a estos hombres no se les regala nada y tiene que luchar como cualquiera para cumplir sus objetivos.