La vida ofrece siempre oportunidades para cumplir sueños y, en ocasiones, parece que puede saldar cuentas pendientes cuando parece más difícil hacerlo. Facundo Campazzo sigue negociando su marcha a la NBA y la opción de llegar a Dallas Mavericks cobra fuerza, pero desde Texas puede llegar JJ Barea, una solución interesante para mitigar la pérdida del argentino para el Real Madrid. Y es que nada mejor que suplir a una estrella con un veterano curtido en mil batallas, líder espiritual, repleto de talento y que ha transmitido en varias ocasiones su deseo de jugar en España. Pablo Laso se frota las manos ante la opción de contar en la cancha con una prolongación suya desde el banquillo, un hombre repleto de inteligencia de juego y que tiene una cuenta pendiente con nuestro país.
Y es que los lazos con España de este puertorriqueño nacido 1984 son notables. Sus abuelos paternos nacieron en un pequeño pueblo leonés de Picos de Europa, Ribota de Sajambre. Emigraron en busca de prosperidad en las Américas y tras una estancia en Cuba, acabaron recalando en Puerto Rico. De esa estirpe surge un Jose Juán Barea que en más de una ocasión se ha referido a sus raíces leonesas y ha reivindicado que jugar en España sería un sueño hecho realidad y una manera de cerrar el círculo de la vida. Este hombre de 1,78m de estatura lleva todo el siglo XXI asombrando a la liga con su capacidad innata para dirigir el juego y desbordar a sus rivales.
Anotador compulsivo, con una habilidad innata para los driblings y buena visión de juego, Barea ha sabido suplir las carencias de su corta estatura con un físico muy poderoso y una buena colocación en la cancha que ha mitigado su reducida vocación defensiva, que ha ido mejorando con el paso de los años. Desde niño se le vieron maneras y se fue a estudiar High School a Miami y universidad a Northeastern, hasta que con 22 años dio el salto a la NBA. Apostaron por él los Dallas Mavericks y, ni en sus mejores sueños podrían haber imaginado las prestaciones dadas por Barea. Le costó hacerse un hueco en la rotación ya que la exigencia física de la liga y proliferación de bases altos reducía sus opciones, pero pronto demostró que el talento todo lo puede.
Barea ha dicho en más de una ocasión que sueña con jugar en España
Sus mejores años fueron entre 2008 y 2011, cuando era titular en el equipo que se postuló para ganar el anillo, hasta que lo hizo en 2011. Fiel escudero de Dirk Nowitzki, desempeñó un papel fundamental en que Mavs alcanzara la gloria y sufrió la desintegración de ese equipo campeón cayendo en un ecosistema muy diferente y en el que no llegó a encontrar esa voracidad competitiva de la que suele hacer gala. Promedió buenos números en sus cuatro temporadas en Minnesota Timberwolves, pero en 2014 decidió regresar a la Tierra Prometida, para volver a ser importante en Dallas. Asumió que formaba parte de un proyecto en reconstrucción en el que debía erigirse en mentor de jóvenes y ha sido un secundario de lujo durante estas últimas campañas.
Sin embargo, las lesiones de los últimos tiempos y el afán competitivo de Mavs hacen que le consideren ya prescindible. Parece que le han ofrecido la opción de formar parte del equipo técnico de la franquicia como asistente, pero JJ Barea quiere seguir jugando y poder cumplir su sueño de jugar en España de la mano del Real Madrid podría ser un colofón ideal a su carrera. Su perfil de base completaría bien la terna formada por Nicolás Laprovittola y Carlos Alocén, pudiendo enseñar muchas cosas a ambos. No hay nada confirmado, pero este cambio de aires para el puertorriqueño podría ser beneficioso para todas las partes.