
Hace años que la NBA hace el ridículo con los premios de final de temporada y esta campaña no ha sido una excepción. Un poco antes de las 4 de la tarde en Nueva York y un poco antes de la 1 en Los Angeles, Shams Charania ha anunciado en un tuit (no le da para más su capacidad literaria, todo sea dicho) que Shai Gilgeous-Alexander es el MVP de la temporada.
Sucede así a un Nikola Jokic, seguramente con merecimiento, ya que ha liderado a un equipo con 68 victorias. La temporada del serbio ha sido impresionante, la mejor a nivel personal de su vida, pero los Nuggets merecen este 'castigo' por su lamentable temporada regular y Shai y los OKC merecen el premio por su histórico año. Ha promediado esta campaña 32.7 puntos, 6.4 puntos y 5 rebotes por duelo.
Solo recordar que Luka Doncic, que el año pasado no fue ni segundo, promedió 33.9 puntos, 9.8 asistencias y 9.2 asistencias. Lo de los números es relativo, pero deben ponerse de acuerdo, porque lo de los números de Jokic este año ha sido de locura promediando 29.6 puntos, 12.7 rebotes y 10.2 asistencias. Consistencia, lo que se dice consistencia, no tiene los premios...