Neemias Queta se ha convertido en uno de los nombres propios del inicio de curso en Boston Celtics. La ausencia prolongada de Jayson Tatum por lesión y la salida en la agencia libre de Al Horford, Kristaps Porzingis y Luke Kornet dejaron un vacío importante en el juego interior de los de Massachusetts, un escenario en el que el pívot portugués ha encontrado continuidad y protagonismo.
Con un contrato de 2,3 millones de dólares para la temporada 2025-26, con opción de equipo para el curso siguiente, Queta representa una de las apuestas de bajo coste más rentables de la franquicia. Su camino hasta este punto no ha sido directo. Tras ser cortado por los Sacramento Kings en septiembre de 2023, firmó un contrato dual con Boston que más tarde se transformó en un acuerdo estándar. En el verano de 2024, los Celtics reforzaron su confianza en él con un contrato de tres años y 7,2 millones de dólares.
En la temporada actual, el pívot de 2,13 metros ha disputado 26 partidos como titular, con una media de 24,6 minutos en pista. Sus números reflejan una presencia constante cerca del aro: 10,1 puntos, 7,9 rebotes y 1,3 tapones por partido. Ha alcanzado dobles dígitos en rebotes en ocho encuentros, destacando una actuación reciente frente a los Timberwolves en la que sumó 19 puntos y 18 rebotes.
El impacto de Neemias Queta
Más allá de las estadísticas individuales, el impacto colectivo también es significativo. Boston presenta un diferencial de +14,1 puntos por cada 100 posesiones con Queta en pista, una cifra que mejora en 8,0 puntos el rendimiento que el equipo ofrecía la pasada temporada con Porzingis como pívot titular. El contraste económico es evidente: mientras el letón supera los 30 millones de dólares anuales en Atlanta, el salario de Queta es el más bajo entre todos los pívots titulares de la liga.