El drama de Jankovic que sacudió el mundo del baloncesto

Se cumplen 37 años de uno de los sucesos más trágicos ocurridos en cancha, cuando Slobodan Jankovic se golpeó la cabeza quedando parapléjico.

Diego Jiménez Rubio | 28 Abr 2020 | 19:54
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Slobodan "Boban" Jankovic se queda parapléjico. Foto: gettyimages
Slobodan "Boban" Jankovic se queda parapléjico. Foto: gettyimages

Hay momentos en la vida que, por mucho tiempo que pase, perduran en la memoria de manera imborrable y su recuerdo genera un escalofrío. El mundo entero contuvo la respiración en la noche del 28 de abril de 1993 cuando vio a Slobodan "Boban" Jankovic, uno de los mejores jugadores de Europa en aquellos momentos, desplomarse al suelo como si de una marioneta se tratara después de canalizar su rabia por una acción del juego golpeando con la cabeza el soporte metálico de la canasta. Un alero de 2,00m y 30 años que tenía por delante el desafío de liderar al Panionios griego a la gloria, pero que vio cortado de raíz su sueño para convertirse en pesadilla. Quedó tetrapléjico y murió en 2006, siendo incapaz de reponerse de ese duro golpe.

Boban Jankovic nació en Belgrado en 1963 y parecía predestinado a jugar al baloncesto desde niño. Su manera de expresarse era con un balón en las manos y pronto fue reclutado por el Estrella Roja. Alero alto, fuerte, con capacidad para jugar al poste bajo y muy buena mano, debutó con apenas 16 años en un equipo que sufrió la eclosión de los mejores jugadores europeos de la historia en conjuntos rivales. La Cibona de Drazen Petrovic y la Jugoplastika de Toni Kukoc impidieron sus títulos. A pesar del buen hacer de Jankovic, los títulos tanto en Yugoslavia como en Europa se resistían, quedándose siempre a las puertas de la gloria y acariciando la misma en la Copa Korac 1983, cuando sucumbieron en la final ante el Pau Orthez.

Tres veces subcampeones en liga y otras tres en la Copa, hicieron que después de 11 años temporadas en su equipo del alma, con un interludio de un año con Novi Sad, Jankovic decidiera aceptar los cantos de sirena procedente del baloncesto griego, muy potentado económicamente por aquel entonces, y que pescó en el baloncesto yugoslavo, inmerso en una gran crisis por el conflicto bélico que azotaba los Balcanes. Firmó un contrato millonario con el equipo ateniense con el objetivo de ganar algún gran título. Todo iba a las mil maravillas, con Boban encadenando exhibiciones y erigiéndose en uno de los jugadores más desequilibrantes de Europa.

El Panionios era firme candidato a la gloria esta temporada, pero en el cuarto partido de las semifinales de la Liga Griega, ante el Panathinaikos, llegó la desgracia. Jankovic pagaba su enfado tras haber cometido su quinta falta del partido con el soporte metálico de la cabeza, que le devolvió un golpe seco y letal, provocando la fractura de la tercera vértebra cervical y quedando parapléjico. Se puso en manos de los mejores médicos, intentó recuperarse y llegó a entrenar a un equipo de baloncesto en silla de ruedas, pero el golpe moral fue demasiado fuerte. No se tomaba bien los homenajes recibidos, evitaba las apariciones públicas y no terminaba de aceptar la cruente realidad, hasta que 12 años después, el 28 de junio de 2006, moría de un paro cardíaco.

Su hijo, Vladimir Jankovic, fue la única alegría durante aquellos duros años. Un hijo que intentaría continuar el legado de Boban siendo jugador de baloncesto profesional que aún permanece en activo. Juega para el AEK Atenas después de haber pasado por conjuntos como el Panionios, el Panathinaikos, el Aris Thesalonika, Valencia Basket o Andorra. Su camiseta se retiró con honores tanto en el Panionios como en Cibona y recibió numerosas homenajes de figuras muy relevantes del baloncesto europeo, que nunca terminará de cicatrizar una de las heridas más dolorosas en su historia. Slobodan "Boban" Jankovic siempre estará vivo en la memoria de los aficionados.