El problema al que se podría enfrentar el Oklahoma City Thunder en la temporada 2025/26

Chet Holmgren se ha convertido en una pieza esencial en el proyecto de Oklahoma City Thunder. El joven interior, de apenas 23 años, no se ha perdido un solo partido desde que superó la lesión de cadera que lo apartó la pasada campaña, pero su físico sigue siendo motivo de debate en la NBA. En comparación con otros pívots de la liga, su envergadura y delgadez alimentan la idea de que tarde o temprano puede volver a lesionarse.

El Thunder encara la temporada 2025/26 como defensor del título y lo hace con su plantilla al completo desde el inicio, algo que no sucedía hasta ahora. En ese contexto, la salud de Holmgren será uno de los grandes temas de conversación: aunque ha mostrado una notable capacidad de recuperación, el historial de dos lesiones en apenas tres años de carrera obliga a preguntarse si podrá sostener el ritmo en el largo plazo.

En sus inicios ya había encendido las alarmas. Su fractura en el Pro-Am de 2022 y los 50 partidos perdidos el curso pasado contrastan con la durabilidad mostrada en su año de debut, cuando disputó los 82 encuentros, algo que ni Victor Wembanyama logró en su temporada como rookie. Esa capacidad de aguante, unida a su enorme talento, lo habían colocado como heredero natural del arquetipo “unicornio” que dominó en Gonzaga, donde firmó 14.1 puntos, 9.9 rebotes y 3.7 tapones con un 60.7% de acierto en su único curso universitario.

La NBA, sin embargo, está llena de precedentes que invitan al optimismo. Joel Embiid, Ben Simmons y Blake Griffin se perdieron sus años de novato y aun así acabaron siendo jugadores determinantes. Dos de ellos, precisamente interiores, demostraron que se puede sobreponerse a los primeros contratiempos físicos y convertirse en estrellas. Holmgren, que ya dejó huella en las Finales de 2025 y aseguró un contrato mayor con OKC, parece dispuesto a seguir esa misma senda.

El posible problema de Holmgren

Uno de los debates recurrentes gira en torno a su constitución física y a la necesidad, o no, de ganar masa muscular. El paralelismo con Giannis Antetokounmpo es inevitable: el griego también fue criticado por su delgadez al llegar a la liga, pero con el tiempo transformó su cuerpo hasta ser una fuerza imparable. Sin embargo, el ejemplo de Kristaps Porzingis recuerda que un físico similar puede ir acompañado de constantes lesiones. Y casos como Yao Ming, que a pesar de los problemas físicos fue All-Star durante toda su carrera, demuestran que la durabilidad no siempre depende del peso extra.

Lo cierto es que Holmgren ha demostrado ser más resistente de lo que muchos creen. Antes de la lesión de cadera promedió 18.2 puntos, 9.2 rebotes y 3 tapones con un 52% en tiros de campo, 40% en triples y 81% desde la línea personal, números de calibre All-Star y candidato al premio de Jugador Defensivo del Año. Su impacto defensivo fue incuestionable: los rivales apenas convirtieron el 16% de los intentos en la pintura frente a él. Tras su regreso, su capacidad para intimidar y al mismo tiempo abrir la cancha se mantuvo intacta.

Su liviandad, lejos de ser una debilidad, potencia su agilidad y su rango de tiro. A diferencia de otros jugadores que perdieron eficacia al aumentar masa, como Russell Westbrook con su lanzamiento exterior, Holmgren ha convertido su físico en una ventaja táctica: puede arrastrar a los pívots rivales fuera de la pintura, atacar en conducción y generar espacios para estrellas como Shai Gilgeous-Alexander o Jalen Williams.

Con todo esto, su potencial sigue siendo altísimo. Si la salud lo acompaña, no sería descabellado proyectarlo como All-Star en la temporada 2025/26 e incluso candidato a premios mayores, después de haber aparecido en la conversación por el MVP el curso pasado antes de su parón por lesión. El Thunder sabe que gran parte de su futuro inmediato pasa por mantener a Holmgren sano, pero también que, en caso de lograrlo, cuenta con el prototipo perfecto del pívot moderno que puede marcar una era.