Charlotte Hornets se gana el derecho a soñar y ser exigido

Demasiados años de ostracismo, de planes que no terminan de cuajar y proyectos anquilosados. Charlotte Hornets ha conseguido reunir una buena dosis de talento en su plantilla y solo necesita que las lesiones respeten el proceso y todos puedan empezar a jugar juntos. Sus recientes elecciones del Draft pintan bien, por lo que el equipo debe ser exigido en una Conferencia Este muy abierta.

Imaginar un quinteto que en cinco años pueda luchar por el anillo para Charlotte Hornets no es utópico. Estaría integrado por un playmaker espectacular como LaMelo Ball, rebosante de talento, un escolta tirador de asombrosa eficacia que defiende a las mil maravillas, como Kon Knueppel, un alero brillante y con mucho potencial por desarrollar, Brandon Miller, un ala-pívot cuyos problemas extradeportivos han opacado, con razón, su impresionante nivel de baloncesto, como Miles Bridges, y un pívot dominante en ambos lados de la cancha, como Ryan Kalkbrenner.

Hay material humano de sobra para que Charlotte Hornets pueda crear un proyecto de futuro realmente apasionante y se ha de empezar a exigir a este equipo desde el inicio. Por mucho que las lesiones estén mermando la posibilidad de ver este quinteto, hay talento de sobra en la franquicia de Carolina del Norte como para buscar una posición de play-in este mismo año, promoviendo ya experiencias competitivas que ayuden a madurar al equipo. La Conferencia Este es un terreno de oportunidades y han de ser aprovechadas por este equipo.